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Bienvenidos a la
Iglesia de Dios de la Fé de Jesús
...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, si no por mí.
Juan 14:6
“Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman.”
(1a Corintios 2:9)
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Dios

No es una trinidad, la Biblia ni siquiera menciona esa palabra.

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La Biblia

Su pureza y como ha sido alterada.

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El Nuevo Testamento

Su vigencia, continuidad y relación con el Antiguo Testamento.

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Jesucristo

Su distinción, contraste y denuncia de los anticristos.

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El Evangelio

Las Buenas Nuevas sin la mixtura de las viejas doctrinas.

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El Espíritu Santo

¿Quién es? ¿Qué es?

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La Iglesia de Dios

Su nombre e Identidad.

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El Diablo

Ni fué querubín, ni fué creado por Dios.

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La Caída del Hombre

Su rescate, todavía hasta hoy.

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La Fé de Jesús

Distintivo de la Iglesia que fundó Cristo.

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El Pecado

Su comisión, su expiación, antes y después de la conversión.

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La Salvación

Es eterna y no se puede perder.

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La Gracia

Indulto de Dios para los condenados a muerte.

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El Verdadero Bautismo

Todavía hoy desconocido

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El Nuevo Nacimiento

No es el bautismo de agua, sino de lo alto.

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El Reino de Dios

Ya está aquí y se ordena entrar en él.

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La Presencia de Cristo

Ya vino por segunda vez y está entre nosotros.

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La Paga del Pecado

No es ni el infierno ni el fuego.

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La Santidad

¿Cómo se obtiene?.

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La Doctrina del Espíritu

Inspirada por el autor de las Escrituras.

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El Juicio de Dios

LLeva veinte siglos de vigencia y muy pocos lo saben.

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Muerte y Resurrección de Cristo

No murió en viernes y tampoco resucitó en domingo

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La Resurrección

No es salir de la tumba, sino algo Glorioso.

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El Cumplimiento Profético

Las Profecías perdidas que no se cumplirán.

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La Vida Eterna

Se debe obtener hoy y ya no puede perderse.

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Alma y Espíritu

¿Qué son y cómo saberlo?.

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El Destino Eterno

¿Dónde? ¿En el cielo ó en la Tierra?.

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El Día del Señor

No es el sábado ni el domingo.

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El Nacimiento de Cristo

No fué en Diciembre ni en Invierno.

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El Amor

La mas excelsa enseñanza de Jesús.

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¿Qué es Dios?








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No es una trinidad, la Biblia ni siquiera menciona esa palabra.

Creemos en el Dios creador del universo, infinitamente sabio y divino, además de omnipotente, omnisciente, omnipresente, inefable, invisible y eterno, a más de inmutable, previsor y provisor.
El sólo sabio Dios, autor de la vida y por cuya causa todas las cosas existen. Dios verdadero y de suma perfección, cuya realidad es tácitamente demostrada por las obras de su propia creación.
El Dios revelado por la Biblia y ahí mismo definido como espíritu purísimo, demostrado por la más sublime de sus cualidades como el Dios que es amor.
1- DAVID, El más importante rey de Israel y autor del libro de los Salmos, conoció a Dios al verlo manifestado en las cosas naturales del cielo y de la tierra. “Los cielos cuentan la gloria de Dios y la expansión denuncia la obra de sus manos" (Salmo 19:1).
2- La omnisciencia, la omnipresencia y la providencia de Dios, las describe David dramáticamente en el (Salmo 139:2-18).
3- Y también nos hace saber que Dios es el autor de la vida. “Porque contigo está el manantial de la vida y en tu luz veremos la luz" (Salmo 36:9).
2- MOISÉS comprendió y describió la eternidad y la preexistencia de Dios, y así lo asentó “De eternidad a eternidad tu eres Dios...”(Salmo 90:2-4)
5- El mismo Moisés describió inspiradamente, la omnipotencia de Dios y lo declaró autor de todas las cosas. (Génesis 1:1 y 2:1-2) “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
6- Pablo observó y entendió los atributos de Dios en todo lo que se ve, y nos dice que ésto deja sin excusa a los incrédulos e idólatras. (Romanos 1:20 y Hechos 17:22-28).
7- Lo inefable lo regio de su majestad, y lo ignoto de su sustancia, los hace notar Pablo en (1a de Timoteo 6:15-16). “El sólo poderoso Rey de Reyes y Señor de Señores, quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver”.
8- SANTIAGO nos dice que Dios es la fuente del bien y nos habla de su inmutabilidad. “Toda buena dádiva y todo don perfecto, desciende del Padre de las luces en el cual no hay mudanza ni sombra de variación”. (Santiago 1:17).
9- JUAN nos dió la más descriptiva y hermosa identificación de Dios. Reiterándonos que: “Dios es amor” (1a Juan 2:8-16).
10- Jesús nos trajo desde el seno del Padre la mejor definición y revelación de Dios. “Dios es Espíritu y debe adorársele en espíritu y en verdad” (Juan 1:18 y 4:24)
11- MOISÉS e ISAÍAS nos revelaron cual es el nombre del creador. “...mí nombre Jehová...” “Yo Jehová, éste es mí nombre para siempre". (Éxodo 6:2 e Isaías 42:8).

LAS EVIDENCIAS DEL CREADOR
El designio, la previsión, la inventiva, la belleza, el mecanismo, la simetría, el orden, la funcionalidad, lo idóneo, la exactitud, la perfección, etc.etc., que son características de todas las cosas de la naturaleza, vistas desde un punto de vista lógico y racional no pueden deberse a la casualidad. Es indispensable admitir o reconocer LA EXISTENCIA DE UN CREADOR Y SUSTENTADOR de suprema inteligencia ya que todo lo bueno, útil y magnífico de la creación nos lo hace ver impresionando todos los sentidos. El inspirado Pablo lo expresó así: “Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas, de modo que son inexcusables”. (las citas están en el punto 6)

TEORÍA VERSUS RAZÓN
Las teorías de la evolución no son ciencia, son especulaciones solamente, las evidencias de la evolución de las especies son supuestas, no tienen más fundamento que la imaginación de sus ideólogos y por eso no han pasado de la condición de teorías o hipótesis, aunque algunos las tienen por verdades. Dios es una necesidad para entender por qué existe todo, y de dónde venimos y hacia dónde vamos. Sin Dios no hay respuesta al misterio de la vida y de la muerte. El ateísmo no ofrece ni espera nada más allá de la muerte, sin embargo, la existencia del espíritu es una realidad. La vida sólo proviene de la vida, y todos la vivimos con anhelos de eternidad. Pablo aseveró: “Si sólo para esta vida esperamos en Cristo; los más miserables somos de todos los hombres”. (1a Corintios 15:19)

NECESIDAD
Tengo una gran necesidad. La necesidad de creer en Dios.
Cada día, cada mañana, con la luz y con la noche debo suplir mí gran necesidad. Debo creer porque necesito creer.
Creer que Dios es todo realidad y realidad de todo.
Necesito creer, porque sin Dios no tiene propósito la vida.
Nada tiene sentido si él no existe. Sin él la muerte es un misterio doloroso.
Sin él todo es incierto y desconcierto.
¿Quién puede explicarme por qué existo, si él no existe?
¿Qué hay de mí palpitar, de mí existir, de mí razón sin Dios?
Y que importa si no lo puedo ver. Si no puedo explicarlo ni abarcarlo.
Si en cambio lo presiento, lo intuyo, lo adivino. Si en todo lo descubro, lo palpo, lo evidencio.
Si sus huellas están frente a mis ojos, y su amor inunda toda mí existencia.
Me emociona, me inflama, me conmueve.
Y esta necesidad, es la necesidad de mí alma, de mí carne, de mí sangre, de mis huesos.
Desde el fondo de mí ser, todo clama por Dios, todo anhela por él, todo grita por él...
Y así, Dios ha llegado a ser, la base de mí credo, la fuente de mis bienes,
la luz de mis sentidos, el rumbo de mis pasos, el puerto de mí anhelo y el fin de mí destino. (Wilmar)



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La Sagrada Biblia







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Su pureza y cómo ha sido alterada.

Creemos que la palabra de Dios está contenida en los escritos sagrados que los profetas y apóstoles por el Espíritu Santo produjeron y que se conoce comúnmente como la Biblia. La Biblia es para nosotros la norma de fé y el fundamento de lo que creemos. Consideramos que contiene en sí misma su propia interpretación y la voluntad de su divino autor para los hombres. Su autoridad, su veracidad, su inerrancia, su inspiración y su utilidad moral, su poder transformador, su capacidad salvítica y la racionalidad de su enseñanza, nacen de sus propias afirmaciones, que dan vida a nuestros conceptos.

1- Jesús dijo: “El que cree en mí como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre” (Juan 7:38). Significa que la Biblia es la fuente del conocimiento del Salvador, que él confiere autoridad a sus escritos y que su testimonio es verdad. El efecto de poseer éste conocimiento de Jesús basado en las Escrituras, es la aprobación del propio Señor, calificándonos para hacer correr su verdad a la manera de los ríos que fecundan la tierra.

2- El autor de la fé, dejó establecido que el conocimiento de la Escritura es necesario para hacer la voluntad de Dios. (Juan 7:17) "El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios, o si yo hablo de mí mismo.” Al hacerlo así obtenemos convicción y fé.

3- También demandó investigar las páginas de la Biblia. (Juan 5:39) “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” Aquí sus palabras constituyen una apelación al testimonio que de él nos dan las escrituras.

2- Acreditó como la verdad, la palabra inspirada. (Juan 17:17) “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”

5- PEDRO la exige como fundamento de la predicación. (1a. Pedro 4:11) “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios...”

6- Por el mismo Pedro sabemos de la inspiración divina de los escritores de la Biblia. (2a Pedro 1:20-21) “Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.”

7- PABLO y los creyentes de su tiempo la tuvieron por fundamento de su fé. (2a Corintios 4:13) “Pero teniendo el mismo espíritu de fé, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cuál también hablé; nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.”

8- Ratificó lo dicho por Pedro sobre la inspiración de las Sagradas Escrituras, y nos dió razón plena de las bondades de su poder y utilidad para “el hombre de Dios”. (2a Timoteo 3:15-16) “Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fé que es en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instituir en justicia. Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra".

9- Advierte que “no debemos saber más de lo que está escrito”. (1a Corintios 4:6) “Esto empero hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros; para que en nosotros aprendáis a no saber más de lo que está escrito...”

10- ISAIAS asegura que quienes “no hablan conforme a la Ley y al Testimonio, es porque no les ha amanecido”. (Isaías 8:20)

11- El Propio Autor divino de la Biblia, prohíbe bajo pena de muerte, que se agregue o se quite algo a su Santa Palabra. (Deuteronomio 4:2 y 12:32; Proverbios 30:5-6 y Apocalipsis 22:18-19). “No añadiréis a la palabra que os mando, ni disminuiréis de ella...” “Guardaréis de hacer todo lo que yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitarás de ello.” “Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras porque no te reprenda y sea hallado mentiroso.” “Porque yo reprendo a cualquiera que oye las palabras de la profecía de éste libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en éste libro. Y si alguno quitare de las palabras de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en éste libro.”

12- Pasarán los reinos, las naciones, los hombres, los siglos, pero LA PALABRA DE DIOS NO PASARÁ PORQUE VIVE Y PERMANECE PARA SIEMPRE. (Mateo 24:35 y 1a de Pedro 1:23-25)
Amén.



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El Nuevo Testamento





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¿El Antiguo Testamento todavía está vigente?

Sabemos por las propias Escrituras, que los dos Testamentos que conforman la Biblia son divinamente inspirados. Ambos se complementan y se identifican y tienen el mismo autor divino y contienen su santa voluntad. No obstante, es necesario entender que El Nuevo Testamento es superior al Antiguo en varios sentidos. Porque mientras el Antiguo Testamento apunta hacia la esperanza de la salvación y de la vida eterna, el Nuevo Testamento muestra la realidad de ambas cosas. El Nuevo Testamento es la historia y biografía de Jesucristo, lo cual en el Antiguo es apenas promesa y esperanza. El primer testamento es anuncio, esperanza, promesa, el nuevo es cumplimiento, confirmación, realidad. El ANTIGUO TESTAMENTO quedó cumplido, el NUEVO TESTAMENTO está vigente. El ANTIGUO TESTAMENTO vive en el nuevo, y éste es la vida del antiguo. El Nuevo Testamento nace y tiene sus raíces en el antiguo, el cual permite que cosas difíciles se puedan entender, inclusive símbolos oscuros del Apocalipsis.

BASE CONTEXTUAL

1- La más grande esperanza y predicción del ANTIGUO TESTAMENTO era la promesa de un Salvador. (Salmo 72: 13 y Lucas 22:37)

2- La vida eterna era solamente promesa en el ANTIGUO TESTAMENTO; en el NUEVO TESTAMENTO es gloriosa realidad. (Daniel 12:2 y 1 Juan 2:25 y cap.5:11,12).

3- En Jesús se cumplió todo lo dicho en el ANTIGUO TESTAMENTO y con su vida y obra, quedó concluido. (Mateo 5:17,18. Lucas 22:37 y 22:22). Y si la ley y los profetas se cumplieron en Cristo Jesús, no pueden estar vigentes.

2- Jesús con su enseñanza superó los antiguos mandatos basados en la ley de Moisés, y su evangelio constituyó un nuevo mensaje liberador para quienes estaban detenidos en las ordenanzas del viejo pacto. (Mateo 5:21 al 23).

5- Jesús marcó el límite del ANTIGUO TESTAMENTO, ubicándolo en los días de Juan. (Mateo 11:13)

6- Pablo declaró que el ANTIGUO TESTAMENTO fue quitado por Cristo. (2 Corintios 3:13-14)

7- El significado literal de las leyes y profecías del ANTIGUO TESTAMENTO, terminó y ahora en el evangelio encuentran su realidad y su interpretación espiritual. Se preserva también su valor histórico y su enseñanza moral. (Romanos 7:12 y 2 Corintios 3:6)

8- El viejo Pacto se desvaneció, pero tenemos uno nuevo y mejor. (Hebreos 8:6-13)

9- En el Apocalipsis el viejo pacto se describe como el “cántico de Moisés” y el evangelio como el “Cántico del Cordero”. Los 144,000 señalados pudieron cantar ambos cánticos, (Apocalipsis 15:3 y Hechos 21:20). Pero el resto de Israel no pudo aprender el nuevo cántico porque hasta hoy no entienden ni aceptan el NUEVO TESTAMENTO (Apocalipsis 5:9 y 14:3)

10- Por todo ésto la doctrina de la iglesia de Dios es Neotestamentaria, porque el viejo mandato precedente quedó abrogado. (Hebreos 7:18) Porque si aquel primero hubiese sido sin falta, no hubiera el Señor establecido otro. (Hebreos 8:7).

11- La declaración más contundente y concluyente sobre ésto, se encuentra en (Colosenses 2:14) que transcribimos de la versión actualizada. “El anuló el acta que había contra nosotros, que por sus decretos nos era contraria, y la ha quitado de enmedio al clavarla en su cruz”.

PUNTUALIZACIONES

Sobre el punto 5:
Esta declaración de Jesús nos hace ver que Juan fue el último de los profetas del ANTIGUO TESTAMENTO y con él terminó la vieja edad profética.

Sobre el punto 6:
Los traductores de las últimas versiones populares de la biblia, han manipulado los pasajes citados, colocando el tema del velo como lo que Jesús quitó. Es bueno tener a la mano otras versiones, mejor traducidas, recomendamos la versión llamada “Antigua” de 1909. que traduce: “... el antiguo testamento, el cual por Cristo es quitado”.

Sobre el punto 7:
Los Proverbios, los Salmos, el Cantar de los Cantares y toda la historia desde la creación hasta Cristo, son cosas del más grande valor y significado, y no podemos decir que terminaron como la ley y los profetas. El cumplimiento de la ley y los profetas tienen el gran valor de darle a la palabra de Dios la certificación de su veracidad, ¿cómo podríamos creer en predicciones no cumplidas como las de los demagogos de las profecías falsas? como Nostradamus cuyas profecías se pueden interpretar de muchas maneras, y que cronológicamente han fallado. O como las profecías “del Secreto de Fátima”, que resultaron una falsedad que el mismo Paulo Segundo las sacó a la luz. O como las predicciones de “La iglesia de Dios del Radio” que si hubiesen sido ciertas éste mundo ya no existiera. O como los fallidos anuncios de la llegada de Cristo, hechos tanto por los Testigos de Jehová como por los Adventistas, etc. etc.
Esto no puede decirse de los profetas de la Biblia como Daniel por ejemplo, que puede verse en la historia de las naciones el cumplimiento de todo lo que vaticinó. Por eso Pedro pudo decir con toda solvencia: “Tenemos también la palabra profética más firme...” (2 Pedro 1:19)

Terminamos esta lección con las palabras del Señor que nos indicó la forma infalible de creer en él Cuando dijo: “El que cree en mí como dice la Escritura...” (Juan 7:38).
Tu amado lector: ¿Tienes esta forma de creer en el divino Salvador? ¿Conoces la Sagrada Escritura? ¿Has leído la biblia? ¿Cómo crees en Jesús? ¿Cuál es tu respuesta?



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¿Quién es Jesucristo?






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¿Usted lo conoce?

JESUCRISTO es el Mesías enviado de Dios para cumplir todas las profecías tal y como él mismo lo dijo.(Mateo 5:17)
Él es el Verbo preexistente con Dios desde el principio antes de todas las cosas. (Juan 1:1)
Es el Hijo de Dios que se hizo hombre y para ello nació de una virgen. (Juan 1:14)
Es el Espíritu Divino que habitó en los profetas y que ahora identifica a los que son de Él.(1 Pedro 1:11 y Romanos 8:9)
Él es el ejecutor de todas las obras de su Padre creador del universo. (Hebreos 1:2 y Juan 1:3)
Es la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación de Dios y su representante plenipotenciario y omnímodo. (Apocalipsis 3:14 Juan 5:23. Lucas 10:22 y Efesios 1:19-23) Es el gran Dios engendrado y ordenado como tal por Dios Padre. (Tito 2:13 y Hebreos 1: 8,9)
Su nombre es Jesús que etimológicamente significa “Jehová Salva”, pero que se interpreta convencionalmente como “Salvador”. (Mateo 1:21 y Filipenses 2:9,10)
Tiene la plenitud divina, porque posee las virtudes y cualidades del Padre, de quien recibió todas las cosas. (Colosenses 1:16-19 y Filipenses 2:9-11)
Es el mensajero del Altísimo y fue enviado para revelarnos la verdad y la gracia. (Juan 1:16,17)
Murió y Resucitó conforme a las Escrituras. (1 Corintios 15:3-4)
Ascendió al cielo a la diestra de Dios, desde donde él aboga por nosotros y por todo el mundo. (Hebreos 1:3 y 1 Juan 2:1-2)
Es el fundador de la iglesia y el fundamento de nuestra Fé. (Mateo 16:18; 1 Corintios 3:11)
Jesús es el Señor. (Filipenses 2:11 y 1 Corintios 8:6)
Es el Juez que está juzgando HOY al mundo. (Hechos 10:42)
Es el camino, la verdad y la vida. (Juan 14:6)
Es el SALVADOR DEL MUNDO, (Juan 3:16 y 1 Juan 2:12)
El Apocalipsis lo declara Rey de Reyes y Señor de Señores. (Apocalipsis 19:16)
En síntesis: Es el alfa y omega, principio y fin, como lo declaran Isaías y Juan.

GLOSA
Encontrar a Cristo; es encontrarse con la salvación.
Buscar al Señor es desear la eternidad.
Tener a Jesús es tener la vida eterna.
Amar a Jesucristo es amar a Dios y amar a los hombres como él los amó.
Creer en El salvador, es amar la verdad.
Servirle; es estar y caminar con él.
Solicitar y recibir su perdón; es pasar de muerte a vida.
Dolerse por haberle ofendido, es querer desagraviarlo.
Hospedarle es tener limpio el corazón.
Guardar su palabra; es amarle.
Seguirle; es vivir en paz e imitarle.
Aceptarlo; es reconocer y valorar su entrega y sacrificio para librarnos de la perdición.

CONTRA PARTE
Vivir ignorando a Cristo; es estar muerto en vida.
Negarse a oír su palabra; es despreciar las ofertas y las promesas divinas.
Ser indiferente a Jesús y a su llamado; es quedarnos en el miedo, la incertidumbre y la inseguridad de nuestra propia vida.
No recibir a quienes nos hablan de Él. Es tener temor de que se descubra nuestra desnudez espiritual.
No aceptar su perdón; es seguir llevando sobre nosotros el agobiante peso de nuestros delitos y pecados.
Pensar que algo sucederá para salvarnos; es engañarnos a nosotros mismos.
Decir que Ud. no es malo, ni pecador, ni necesita ser salvado, es querer justificar el hecho de seguir viviendo en la misma insatisfacción e inseguridad que su alma siente.
Llegar a la muerte sin haber aprovechado la vida para echar mano de la vida eterna, en la salvación del único que puede salvar; es vivir sin propósito, ignorando para que se nos dió la vida.
Amigo: No pienses que queremos criticarte o juzgarte, estas letras se escriben sin conocerte y sin saber cómo eres ni que haces.
Si hablamos del mal, del pecado y de la perdición, es porque existen, y un gran sabio y filósofo inspirado por Dios, escribió: “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20)
Delante de Dios nuestra alma está desnuda, y en nuestra conciencia está grabada toda nuestra vida y Dios sabe cómo revelar esa grabación.
Por eso Jesucristo vino para borrar nuestros pecados con su sangre y otorgarnos el perdón. El mismo sabio ya citado aseveró: “El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13)

Te dedicamos estas palabras con todo nuestro amor cristiano, esperando te hagan reflexionar,
Amén




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El Significado del Evangelio







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¿Conoce las Buenas Nuevas?

El Evangelio ha sido predicado en todas las naciones. Tal hecho supone que el orden doctrinal es altamente evangélico en el cristianismo. Pero paradójicamente no es así.
Es bien sabido que la palabra "Evangelio" significa "BUENAS NUEVAS". Los Evangelios respaldan esta definición y muestran también que el conflicto entre el Cristo y sus compatriotas; fue a causa de que sus "buenas nuevas" chocaron con el antiguo dogmatismo tradicional de su pueblo.
La antigua mentalidad Judía estaba tan arraigada, que a pesar del cambio que exigía el Evangelio, se siguió imponiendo hasta el grado en que más tarde los intérpretes del Evangelio llegaron a interpretarlo de acuerdo a las viejas creencias Judías, amalgamando Evangelio y tradición. Y así hoy día todavía existen grupos eclesiales que doctrinalmente son más Judíos que cristianos.
Así se ha consumado la irrealidad evangélica prevaleciente que muestra un panorama doctrinal de viejas enseñanzas que resultan anacrónicas y obsoletas, si se comparan con el caudal divino de la doctrina del Cristo y que constituye la auténtica "buena nueva", es decir: Noticia, mensaje, enseñanza, pero NUEVA, o sea: inusitada, flamante y por tanto desconocida, diferente y mejor.
La fresca enseñanza de Jesús, demolía la vetusta estructura doctrinal de aquel pueblo que por su inercia, tradición, dogmatismo y apego fanático a su antañosa ley, rechazó la suave brisa renovadora del Evangelio del Hijo de Dios.
La influencia de aquella tradición de los ancianos condenada por Jesús, se amalgamó con el Evangelio y mixtificó la verdad mesiánica y así nos llegó y así la religión la conserva hasta hoy. Doctrinas que se consideran muy viejas y fundamentales y que ya existían antes de Cristo, se han predicado como parte del Evangelio y nadie ha advertido el desprecio que con ello se hace a las verdades del Señor. Es hora entonces de reivindicar a las BUENAS NUEVAS y formar conciencia del significado real del mensaje evangélico en su dimensión y contenido.
Empezaremos por preguntar: Si Evangelio es BUENAS NUEVAS, ¿Por qué creencias pre-evangélicas como la resurrección de la carne, el bautismo de agua, el día de reposo, el milenio, el juicio final, la observancia de la ley, el castigo por fuego, el lapso de muerte antes de la resurrección, la venida del Mesías, etc. siguen enquistadas en la predicación del Evangelio?.
El argumento de que lo viejo es mejor que lo nuevo no es idea del Evangelio sino todo lo contrario, (véase la parábola de Jesús sobre ésto, Lucas 5:39 y Marcos 2:21,22). En estas dos magníficas alegorías, Jesús enseñó muy claramente que las creencias añejas no pueden mezclarse con el vino nuevo de su Evangelio, porque hacer ésto es echar a perder ambas cosas.
La superioridad de lo nuevo sobre lo viejo es evidente y está escrito que "lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse" (Hebreos 8:13). ¿Cómo es posible que se remiende el viejo pacto con el nuevo y que el vino nuevo del Señor se eche en los viejos odres de la ley? ¿Qué no se ha entendido todavía que el Sermón del Monte superó a los rudimentos del Sinaí? Con el milagro de la conversión del agua en vino en las bodas de Caná, el Señor quiso enseñar que el vino de Él era nuevo, divino y superior, ya que su vino superó al de ellos y causó la admiración de quienes lo probaron.
Los sentidos de Israel se embotaron porque prefirieron el vino añejo al que estaban habituados. Pero Jesús ofreció en Caná un Vino Nuevo, postrero y mucho más excelente. El vino viejo embriaga, el nuevo alimenta y da vida (Juan 2:9,10).
Jesús dijo que Él bebería con los suyos en su Reino un vino nuevo, (Mateo 26:29). Y si sabemos que el Reino de Dios no es comida ni bebida, entonces el vino nuevo es una metáfora que se refiere al Evangelio como buena nueva.
Las cosas viejas pasaron y todo fue hecho nuevo por Jesucristo, incluyendo al hombre, que según los profetas, poseería un corazón y un espíritu nuevos a la venida del Cristo, (Ezequiel 36:26). Esto significa, carácter, mentalidad y actitudes distintas, como innovaciones del poder regenerador del Mesías.
Las promesas de cosas nuevas indicaban la caducidad de lo viejo, a pesar de la oposición de los adictos a la tradición. Bien se sabe que los hombres prefieren el vino añejo y que del mismo modo se aferran a su tradición aunque esta sea del todo discutible. (Lucas 5:39).
Renovación debe implicar mejoría, progreso y superación y no solamente cambio. En política las cosas se renuevan pero no mejoran, y si mejoran es solamente en lo material pero no en lo intrínseco. El Evangelio o buenas nuevas del Cristo, no fueron un simple slogan político, sino una realidad de verdadera vida nueva para los que creen en él, ya que son condicionados por el mismo hecho a nacer de nuevo. (Juan 3:3,5).
Si lo viejo era bueno, lo nuevo debía ser mucho mejor. (Hebreos 8:6).
El Señor consumó el nuevo pacto e hizo nuevas todas las cosas. Su herramienta fue el Evangelio. El resultado fue la anulación del viejo pacto y el nacimiento de la nueva Jerusalem, esposa del Cordero vestida de luz de sol. De la vieja ciudad no quedaría piedra sobre piedra. Sin embargo muchos siguen adorando el muro de las lamentaciones.
Los ciudadanos que forman la nueva ciudad han sido liberados de la letra de los antiguos escritos y sirven ahora en novedad de vida. (Romanos 7:6).
El Ministerio del Espíritu no ha de ostentar los raídos ropajes de las doctrinas del antiguo orden, sino que ha de demostrar que el nuevo orden es superior y más glorioso, dada su condición de Excelencia y Espiritualidad. (2a. Corintios 3:6-12).
Juan contempló un cielo nuevo y una tierra nueva sin vestigios del ayer, (Apocalipsis 21:1-5). El Nuevo Mundo del Cristo debe ser un mundo de amor, donde el más nuevo de sus mandamientos sea una realidad constante. Dónde lo dicho a los antiguos sea superado por lo que ahora Jesús nos dice a tí y a mí.
De otro modo el significado del Evangelio no pasa de ser simple cuestión de semántica.
El más insigne de los apóstoles escribió:“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (2a. Corintios 5:17).
Jesús Mismo dijo: "He aquí, yo hago nuevas todas las cosas" (Apocalipsis 21:5). "Porque las primeras cosas son pasadas" (verso 2). "Y me dijo, escribe: porque estas palabras son fieles y verdaderas".
"Por tanto dejando la palabra del comienzo de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de la fé en Dios. De la doctrina de bautismos, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno" (Hebreos 6:1,2).
Sea así, vivamos en la novedad de vida del Evangelio y no en la vejez de la letra de las viejas doctrinas que dejaron de ser. Ya no miremos al pasado con sus símbolos, sus mitos y sus ordenanzas sobre cuestiones de la carne impuestas hasta que vino el Señor.
El ahora es la Resurrección y la Vida, él es el verdadero Salvador, El es el Templo Divino, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, él nos bautiza ahora con su Espíritu, él es ahora el que está delante de la puerta, El tiene la palabra que supera lo dicho a los antiguos. El es la verdad y la vida, es el único salvador y la única esperanza.
Él es el Mesías que muchos esperan pero que ya vino por segunda vez y está aquí ahora llamando a la puerta de tu corazón. (Apocalipsis 3:20).
¿Tú que dices creer en la Biblia, puedes negar esta verdad?




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El Espíritu Santo







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¿Quién es? ¿Qué es?

El dogma de “La Santísima Trinidad” igual que todos los dogmas, ha impedido la investigación de la verdad al respecto de la identidad del Espíritu Santo.
Quienes no aceptamos el dogmatismo religioso tenemos el privilegio y la libertad de poder analizar o como lo ordenara Jesús: de “Escudriñar las Escrituras”, y así Ud. puede regocijarse con nosotros en la manifestación de la verdad rescatada de las páginas vivas de la Biblia.
Ahora sabemos que el Espíritu Santo, es el Señor Jesucristo según puede verse al comparar las aseveraciones de Pablo tanto en (2a Corintios 3:17); como lo dicho en (Filipenses 2:11), “Y toda lengua confiese que Jesús es el Señor a la gloria de Dios Padre”. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
Esto significa que ambos son la misma persona que se ha manifestado a los hombres de dos modos; primero en Espíritu y después hecho carne para morir por nosotros.
Como Espíritu Santo realizó la obra de la creación. "Todo fue hecho por él y para él”. (Génesis 1:1,2; Job 33:4; Salmo 33:6; Job 26:13; Juan 1:1-3 y Colosenses 1:15-17). Como tal ha sido y es “la potencia y la sabiduría de Dios”. (1a Corintios 1:24 y Proverbios 8:12,22-30). En esta naturaleza espiritual estuvo en relación con los hombres desde el principio y especialmente en los días del Antiguo pacto. (Malaquías 2:15; Salmo 51:11; Isaías 63:10 y 1a Pedro 1:11). Él era y estaba en Espíritu. Y ya era el Hijo que estaba con el Padre desde el principio, “Mi Hijo eres tú, yo te engendré hoy...” “Yo le seré a él Padre, y él me será a mí Hijo”. (Proverbios 30:2 y 8:22-23; Salmo 2:7 y Hebreos 1:5). Pablo citando el (Salmo 25:6 y 7) nos dice que ahí Dios está hablando de su Hijo. (Hebreos 1:7,8)
Es el mismo Espíritu Santo que antes de encarnar como Jesucristo, se manifestó en diferentes formas (teofonías) a los antiguos, quienes lo vieron o lo oyeron como “El ángel de Jehová”, “La zarza ardiente”, “La peña de Horeb”, “La nube del desierto”, “La columna de fuego”, etc.
Es el mismo Espíritu cuyo poder hizo sombra en una virgen para nacer como hombre. (Lucas 1:35)
Es el Espíritu eterno que “se ofreció a sí mismo” para hacer la expiación de nuestros pecados. (Hebreos 9:12)
Les aseveró a sus apóstoles que él era el Espíritu de verdad que estaba allí con ellos, (Juan 14:17) y que como tal regresaría para estar con ellos para siempre. (Juan 14:16,18,19)
Así, en Espíritu regresó y ahora está todos los días con nosotros hasta el fin. (Mateo 28:20)
Como el Espíritu fue enviado a nuestros corazones para que viva en nosotros. (Gálatas 4:6 y 2:20)
Y se le denomina tanto “Espíritu de Dios” como “Espíritu de Cristo” (Romanos 8:9)
Las sagradas letras nos dicen que “el espíritu es la verdad” Y Jesucristo se declaró también como la verdad. (1a Juan 5:6 y Juan 14:6). Es lógico que no puede haber dos verdades, sino que estas afirmaciones nos demuestran que ambos son la misma persona Y la única verdad divina. Esta es la sana interpretación de la biblia, no dogmática sino fundamentada en la verdad inspirada Por el propio Espíritu Santo autor e intérprete infalible de la misma.

ADEMáS TAMBIéN ES
EL SELLO que identifica a los redimidos. (Apocalipsis 7:2-3; Efesios 1:13; 4:30).
ES EL MAESTRO que guía a la iglesia a la verdad y a la justicia, y le enseña, revela y recuerda todas las cosas. (Juan 12:26; Mateo 23:8 y 1a Juan 2:20,27)
“El Bautismo de Cristo” y “El Bautismo del Espíritu Santo” son el mismo bautismo. (Mateo 3:11; Gálatas 3:27 y 1a Corintios 12:13).
El amor de Dios en nuestros corazones: es obra del Espíritu Santo. (Romanos 5:5).
Tenerlo nos hace participantes de la naturaleza divina. (2a Pedro 1:4).
El Espíritu Santo fué enviado en el nombre del Hijo, por lo cual es su único representante o vicario. (Juan 14:26).

EN CONSECUENCIA
Por todo lo expuesto, puede verse que no hay ninguna diferencia entre Jesús y el Espíritu Santo. Así “Dios y su espíritu” es lo mismo que “Dios y su Hijo”. Porque el Hijo era preexistente con el Padre en su naturaleza espiritual. (Hebreos 1:5) Al ser ésto así, queda como evidente que el concepto de “trinidad” carece de base en las sagradas Escrituras, siendo a la vez obvio que no hay una tercera persona.
Si Jesucristo está con nosotros todos los días según su promesa, lo está como el Espíritu Santo y así nos da la santificación que satisface su propio requerimiento que nos dice: “Sed santos porque yo soy santo”. (1a Pedro 1:16). Desde luego que hay cosas que sobre la realidad de Dios y su Espíritu Santo no podemos saber, y tampoco podemos conjeturar, pero como hemos visto en éste estudio del tema, hay en la revelación suficiente material para fundar nuestro credo, y poder hablar con toda la confianza que nos da la palabra de Dios. Porque como dijera Moisés: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, más las reveladas son para nosotros por siempre...” (Deuteronomio 29:29).



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La Iglesia








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¿Cuál es su nombre?

En las Santas Escrituras el nombre de la iglesia es "Iglesia de Dios", mismo que involucra tanto a Dios Padre como a su Hijo Jesucristo.
De acuerdo con lo dicho por los profetas, el Mesías le daría a su pueblo "un nombre nuevo". Y así lo hizo Jesús manifestando a los suyos éste nombre, y ellos llamaron con él a la iglesia que Jesús ganó con su sangre.
El nombre "IGLESIA DE DIOS", identifica a la iglesia apostólica y esta identidad se reitera en doce versículos del Nuevo Testamento.
La iglesia perseguida en el primer siglo, se llamaba "Iglesia de Dios", y las epístolas apostólicas fueron enviadas a destinatarios conocidos como "Iglesia de Dios". Nosotros hemos reconocido éste nombre y con él nos damos a conocer.

LOS VERSíCULOS DE FUNDAMENTO SON:
La predicción de un nombre nuevo. (Isaías 62:2 y 65:15).
La manifestación de éste nombre la hizo Jesús. (Juan 17:6,11,26).
Las iglesias de Corinto, Tesalónica, Éfeso y Galacia, se llamaban así (1a Corintios 1:1,2 y 2:1; 1a Tesalonicenses 2:14; Hechos 20:28; 1a Corintios 10:32; Gálatas 1:13; 1a Corintios 11:22; 1a Timoteo 3:5 y 15; 1a Corintios 15:9; 2a Tesalonicenses 1:4; 1a Corintios 11:16)
NOTA: Hay actualmente otras iglesias que llevan también éste nombre, pero no tienen la doctrina de la iglesia original. Para evitar confusiones el gobierno del país exige un complemento distintivo, y así hay "Iglesia de Dios del 7° día". "Iglesia de Dios Israelita", "Iglesia de Dios de la Profecía", "Iglesia de Dios del Radio", etc.
Fue entonces cuando se agregó el complemento "DE LA FÉ DE JESúS". Por eso nos llamamos "IGLESIA DE DIOS DE LA FÉ DE JESÚS". Sin embargo tan hermoso complemento no se logró, ni se eligió a la ligera; sino después de analizar de que otro modo se designaban o se decían los primeros cristianos del primer siglo, encontrando que decían "ser de la Fé de Jesús".
Así encontramos a Pablo afirmando que la justificación es para "el que es de la Fé de Jesús". (Romanos 3:26).
Luego encontramos que el Apocalipsis declara sin preámbulos:
"Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la Fé de Jesús" (Apocalipsis 14:12).
El Apóstol Santiago pide "no desacreditar la Fé de Jesús". (Santiago 2:1)
Y así encontramos 16 versículos que nos hablan de diferentes modos de la fé de Jesús.
"Lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la Fé del Hijo de Dios". (Gálatas 2:20)
"...la justicia que es por la Fé de Cristo". (Filipenses 3:9)
"Testificando la Fé de nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20:21)
"...vuestra Fé en Cristo Jesús". (Colosenses 1:4)
"La justicia de Dios por la Fé de Jesucristo" (Romanos 3:22)
"La firmeza de vuestra Fé en Cristo" . (Colosenses 2:5)
"La salvación por la Fé que es en Cristo Jesús". (2a Timoteo 3:15)
"La Fé que es en Jesucristo". (Hechos 24:24)
"El hombre es Justificado por la Fé de Jesucristo". (Gálatas 2:16)
"...sois hijos de Dios por la Fé en Cristo Jesús". (Gálatas 3:26)
"...Vuestra Fé en Cristo Jesús". (Efesios 1:15)
"La Fé que tienes en el Señor Jesús". (Filemón 1:5)
"El autor y consumador de la Fé, en Jesús" (Hebreos 12:2)
"En la Fé de su nombre y la Fé que por Él es" (Hechos 3:16)
"Un Señor, una Fé, un Bautismo". (Efesios 4:5)

GLOSA
Los seres y las cosas sin excepción deben tener un nombre para ser designados, identificados y conocidos. No podemos referirnos a alguien de manera segura y confiable si no sabemos su nombre. Así que si ahora sabemos cuál es el nombre dado por el Señor a la iglesia original y lo aceptamos; entonces estará en nuestras frentes (mentes). (Apocalipsis 22:4)
Y por causa de llevar ese nombre seremos guardados en Dios, tal y como Jesús lo demandó a su Padre en su oración: "Padre a los que me has dado, guárdalos por tu nombre". (Juan 17:11)
Note Usted Cuanta bendición hay entonces en llevar éste nombre, y como lo hemos de llevar con orgullo y así predicarlo. Como dijera el Profeta Miqueas: "Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios, para siempre y eternalmente". (Miqueas 4:5)
Que grato y reconfortante es sentir que somos de aquellos de quien el Señor ha dicho: "Todos los llamados de mí nombre, para gloria mía los crié, los formé y los hice". (Isaías 43:7)
Si somos hijos de Dios debemos llevar su nombre. Porque solo son sus hijos los que creen en su nombre. (Juan 1:12)
Amén.



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El Diablo





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¿Existe el Diablo? ¿Qué origen tuvo? ¿Fué creado por Dios? ¿Fué un ángel en su principio? ¿Es un ejecutor usado por Dios? ¿Hay respuesta para estas preguntas? ¿Cuál es la respuesta?

Sabemos que el Diablo es una realidad maligna culpable de cuanto mal existe. Está escrito que ya existía en el principio antes de la creación del mundo.
Jesucristo nos dió a conocer su origen y lo denunció como la fuente del engaño. “Vosotros sois de vuestro padre el Diablo, y queréis satisfacer los deseos de vuestro Padre. El era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla, porque es mentiroso y Padre de la mentira”. (Juan 8:44)
Estas Palabras del Señor son todo un tratado sobre el maligno, y por ellas sabemos que nunca fue ángel ni fue creado por Dios, y de origen ya era homicida y fuente de la mentira.
Juan reitera esta verdad en su primera carta cap. 3:8. “El que practica el pecado es del Diablo, porque el Diablo peca desde el principio. Para ésto fue manifestado el Hijo de Dios; para deshacer las obras del Diablo”.
La Biblia no nos dice como vino a existir el Diablo, así como tampoco nos explica el origen de Dios. En las santas escrituras, Dios aparece como tal y como una suprema realidad. Así también el Diablo, aparece en el Génesis como una realidad ya existente y sin origen conocido. (Génesis 1:1,2; Apocalipsis 20:2) En éste último pasaje vemos que se le dice “la serpiente antigua”, que es como apareció por primera vez en el Génesis . (Génesis 3:1).

LA CONTRAPARTE DE TODO
Todo lo que existe tiene su contraparte. Lo bueno tiene su contraparte en lo malo, lo blanco en lo negro, lo alto en lo bajo, lo dulce en lo amargo, y así hasta lo infinito. Así también Dios que es la fuente del bien, tiene su contrario en Satanás como causa del mal, lo cuál se señala en su propio nombre de Satán, que quiere decir adversario.
Al considerar lo dicho por Jesús sobre el Diablo como homicida desde el principio; es obvio que como seres antagónicos extremos, Dios y Satán protagonizan un conflicto cósmico mucho más allá de la creación del mundo, porque el principio señalado aquí es en la preexistencia del creador que desde luego conocía el origen de su adversario.

POR QUé DIOS NO CREó AL DIABLO
Santiago en su Carta apostólica señala un principio axiomático.“Será posible que de un manantial brote agua dulce y amarga por la misma abertura? Hermanos míos, puede la higuera producir olivas o la vid higos? Tampoco de una fuente de agua salada brota agua dulce". (Santiago 3:11-12).
El mismo Santiago sostiene que: “Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces, en quién no hay cambio ni sombra de variación”. (Santiago 1:17).
De ésto preguntamos: El Dios que es la suma de todas las bondades, el Dios que es amor, Aquel de quien nos viene todo lo bueno y lo perfecto, ¿Puéde ser el creador de lo más abominable y maligno que existe y que es el Diablo? ¿Puede el mas bueno y amoroso de los padres, crear para sus hijos un monstruo que los sumiera en la maldad, el dolor y la muerte? Sin embargo hay algunos que creen que la Biblia enseña lo del armatoste teológico de que Dios creó al Diablo pero veamos que no es así.

LA INTERPRETACIóN TEOLóGICA

Se citan los Pasajes de Isaías 14:12 y Ezequiel 28:13. “¡Cómo has caído del cielo, oh lucero, hijo de la mañana! Has sido derribado al suelo. Tu que debilitabas a las naciones”. Pretenden basar aquí el nombre de “Luzbel” no sé cómo. Se dice que se está aludiendo a cuando Dios lo arrojó del cielo por su rebelión, de la que aquí no se dice nada. Además en el siguiente versículo se dice que la pretensión de éste lucero era subir al cielo, lo que significa que nunca estuvo allí y por lo tanto el cielo del que fue arrojado no fue el cielo de Dios. Además es elemental ver primero a quién le está hablando aquí Dios por medio de su profeta, encontrando que en el Versículo 2, se trata del rey de Babilonia, a quien se reprende en un lenguaje altamente simbólico. Es fácil entonces ver que los “inventistas” teológicos urgidos de fundamentos en los cuales basar sus fantasías sobre Satán, vieron aquí un pasaje fácil de torcer para engañar.
Respecto del pasaje de Ezequiel puede decirse lo mismo. Se trata ahí del Rey de Tiro según el versículo 12 y lo dicho en el versículo 13 es lenguaje simbólico, que tendenciosamente se quiere aplicar al Diablo.

LA CASA DEL DIABLO
Muchos que hasta hoy han sido víctimas del engaño. Creen que el Diablo vive en el infierno inventado por Dante, y adaptado por la iglesia romana a su teología. Pues asómbrese, el Diablo no vive en el infierno, vive en el hombre.
Jesús lo dijo así: “Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra. Entonces dice: Volveré a mí casa de donde salí”.(Mateo 12:43 y 44).
Por eso Dios no ha podido destruir al Diablo completamente, porque se esconde dentro de los hombres que Dios quiere salvar, no destruirlos; puesto que él no es homicida como su adversario.
Tú eres la casa y si está ocupada por el demonio como puede Cristo entrar a tí. La pregunta es: ¿Cómo puede echarse fuera del corazón del hombre al Diablo?



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La Fé de Jesús








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Distintivo de la Iglesia que fundó Cristo.

La fé es lo más elemental en la relación entre Dios y el hombre, “Porque sin fé es imposible agradar a Dios”. (Hebreos 11:6).
Todo lo que nos ha sido revelado, y aquello que esperamos por las promesas de Dios, pero que no conocemos aún, lo podemos creer como seguro y verdadero por medio de la fé. (Hebreos 11:1)
“Tener fé en Dios”, Es un mandamiento de Jesús. (Marcos 11:22)
La fé nos da seguridad, confianza, convicción, fuerza y poder y nos da la salvación de Cristo. (1a Corintios 2:5; 1a Juan 5:4; Gálatas 3:26 y Efesios 2:8).
Todo lo que creemos es nuestra fé y nace de oír la palabra de Dios. (Romanos 10:17) Por eso se llama “La fé de Jesús” ya que él es su divino autor (Apocalipsis 14:12 y Hebreos 12:2) Si en defensa de esa fé combatimos eficazmente, podemos vencer al mundo. (Judas 1:3 y 1a Juan 5:4) Esta fé es un don de Dios que no todos pueden tener. (2a Tesalonicenses 3:2)
Sabemos que lo más grande es el amor, pero también sabemos que la fé es elemental y fundamental (1a Corintios 13:13).
Al capítulo 11 de Hebreos se le llama el capítulo de la fé porque en el se hace una relación de todos los héroes teístas que con toda propiedad los podemos llamar “Padres de la fé”. Sin duda que de cada uno de éstos fieles personajes de la fé podemos tomar un ejemplo y aprender una gran lección. Ellos vivieron tiempos aciagos, pero su fé los hizo vencedores igual que nosotros podemos serlo si somos imitadores de tan magnífica fé. (Recomendamos la lectura de éste inspirado capítulo)

ESCUDRIÑEMOS LA BASE DEL TEMA
“Sin fé es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que el existe y que es galardonador de los que le buscan”. (Hebreos 11:6).
En éste pasaje podemos ver que la fé es básica e indispensable para una vida feliz, porque si Dios existe, entonces el ateo queda como un paria vestido de estulticia, tal y como lo señala David:“Dijo el necio en su corazón: no hay Dios”. (Salmo 14:1 y 53:1).
Todos queremos y buscamos ser felices,pero la felicidad en su forma más elemental es fé, la propia palabra lo indica, quítele ud la primera sílaba a felicidad y lo que queda es nada, es algo sin significado el cual descansa y toma todo su valor de la palabra fé. No agradar a Dios por carecer de fé, es vivir “sin Dios y sin esperanza”, con todas las consecuencias que puede traer el desagrado de Dios.
Pero alguien dirá: ¿Qué es la fé? Y le podemos dar la respuesta que se dió hace dos mil años, tal y como se lee en el idioma original. “fé es base segura de lo que se espera, prueba de realidades que no se ven”. (Hebreos 11:1).
Y la más grande de esas realidades invisibles es Dios. Se implica en éste pasaje, que la fé es un don que el creyente recibe para darle seguridad plena de lo que cree y espera.
“Para que vuestra fé no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder Dios”. (1a Corintios 2:5)
Quienes niegan a Dios y creen en la ciencia, necesitan más fé para creer en el saber humano, que la que se requiere para creer en Dios, ya que las teorías e hipótesis de la ciencia son eso nada más, porque hasta hoy no han sido demostradas aunque se enseñan como si de verdad fueran ciencia. Y nuestra fé no se funda en los postulados de la ciencia sino en el poder de Dios, demostrado de mil maneras en milagros, en sanidades, en libramientos de muerte, en protección contra la violencia imperante, y en tantas maneras que sería largo en describir. “Y esta es la victoria que vence al mundo nuestra fé”. (1a Juan 5:4)
Los enemigos del alma son el Diablo, el mundo y la carne. “El mundo entero está bajo el maligno”. (1a Juan 5.19). En el mundo el Diablo ejerce su voluntad y poder. La atracción del mundo es irresistible para los jóvenes, pero ha habido y hay jóvenes que han vencido al maligno desoyendo el llamado placentero del mundo. Juan el joven que tanto amó al Señor, escribió a la juventud de las iglesias así: “Os escribo a vosotros jóvenes porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno”. (1a Juan 2:14),
Dios quiera que podamos decir lo mismo de nuestros Jóvenes. “Porque todos sois hijos de Dios por la fé en Cristo Jesús”. (Gálatas 3:26)
Quiere decir que la fé nos califica para la adopción que nos da parte en la familia del Padre de las luces. “Porque por gracia sois salvos por la fé; y ésto no de vosotros pues es don de Dios”. (Efesios 2:8).
Este glorioso versículo no necesita comentario alguno, cualquiera puede entenderlo y echar mano de lo que ofrece. “Tu fé te ha salvado”.
Oramos por que así te lo diga el único que te puede salvar.
Amén



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El Pecado









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Su comisión y su expiación, antes y después de la conversión.

El pecado es la negra realidad que ha sumido en culpabilidad y muerte a todos los hombres de todos los tiempos, de todas las razas, de todas las clases sociales, y a jóvenes y viejos. No hay ser humano que desde su Juventud no haya sentido la garra lacerante del pecado. (Génesis 8:21)
El pecado es evidente en todas las naciones. Las guerras el odio, el luto, el dolor, la enfermedad, la corrupción, el hambre, la pobreza, la contaminación, la inmoralidad y la muerte, son el síndrome de un mundo en descomposición enfermo de pecado. (Marcos 7:21)
Pecado es todo aquello que daña a nuestros semejantes y constituye una ofensa contra Dios. El pecado no afecta solamente al pecador, sino a sus seres más queridos, a los amigos y a la sociedad humana en general. Sus efectos están a la vista porque infringe las leyes de Dios y del hombre.“Toda maldad es pecado y la paga del pecado es muerte”. (1a Juan 5:17 y Romanos 6:23)
El pecado es un mal que sólo Dios puede curar y él quiere curarlo, pero se requiere que el hombre también quiera ser limpio y perdonado de su pecado. (1a Juan 1:9 y 2:12)

DIOS NOS DIó EL MEDIO DE QUITARLO
Jesús apareció para quitar el pecado del mundo. (1a Juan 3:5; Juan 1:29; Mateo 1:21)
El primer pecado en que el mundo vive es la incredulidad. (Juan 10:8-9; 8:24 y 16:9)
El hombre ignora su necesidad de perdón y salvación, porque no tiene conciencia de su pecado porque vive y se desarrolla en un medio habituado al mal, lo cual en el mundo se ve como cosa natural. Todos creemos ser buenos y justos y pensamos que nuestras acciones están de algún modo justificadas. Por eso es necesario denunciar el pecado y convencer a los que viven en la incertidumbre de sus vidas, ya que la ansiedad y el desasosiego que sufren se debe al peso agobiante del pecado. Por ésto Jesús apareció diciendo:“Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28)
Judas el hermano del Señor lo dijo así: “He aquí el Señor vino...a hacer juicio contra todos, y a convencer a todos los impíos...tocante a todas su obras de impiedad que han hecho impíamente, y a todas las cosas duras que los impíos han hablado contra él”. (Judas 1:14-15).
De modo que el hombre aunque no lo crea o no lo sepa, tiene una necesidad imperiosa de creer en Jesús y aceptarle como el único que puede perdonar sus pecados y darle la fuerza para no volver a cometerlos porque “él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero... y por sus heridas habéis sido sanados”.
Y de esta fuerza que él nos da para vencer contra el mal, Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13).
Pero el que no busque al único que lo puede salvar, en sus pecados morirá. “El que peca contra mí defrauda su alma,todos los que me aborrecen aman la muerte”.(Proverbios 8:36).
El Señor dictó esta sentencia: “Todo el que peca es esclavo del pecado... pero si yo los libertare, seréis verdaderamente libres”. (Juan 8:32,36).

SE JUEGA CON EL PECADO
Pero el pecado no es un juego. Cuando Adán sintió el efecto del pecado, se ocultó entre los árboles del huerto, pero no logró ocultarse de su creador. Hoy igual los hombres quieren ocultar su culpa, omitiendo de su vocabulario la palabra pecado, llamándole eufemísticamente, falta, debilidad, error, etc. Pero todo ésto son sólo árboles, tras de los que el hombre moderno cree esconderse. Pero “No hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia. Más bien todas están desnudas y expuestas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta”. (Hebreos 4:13)
Mejor digamos como el Rey David:”Mi pecado te declaré y no encubrí mí iniquidad, confesaré dije, contra mí mis rebeliones a Jehová; y tu perdonaste la maldad de mí pecado”. (Salmo 32:5)

EL LLAMAMIENTO DEL SALVADOR
Cuando Jesús vivió en carne, hubo hombres tan duros que a pesar de la indignidad propia de sus pecados, se enfrentaron al salvador presumiendo solvencia moral, pero cuando aquellos dijeron: “¿Sómos nosotros ciegos también? Jesús les dijo: “Si fueran ciegos, no tuvieran pecados. Pero como dicen que ven, por eso en su pecado permanecen”. (Juan 9:40-41)
Aquellos no sabían o no querían creer que necesitaban el perdón y la salvación del señor, haciendo que él expresara esta queja: “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. (Juan 5:40).
Este rechazo al autor de la vida lo asentó Isaías así: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado y no lo estimamos, Ciertamente llevó el nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados”. (Isaías 53:3-6).
Jesús sabía que le sucedería todo ésto, y sin embargo quiso venir a sufrirlo con todo el valor y la entereza que le proveía su amor por los pecadores. Pero hoy todavía Jesús sigue siendo rechazado y despreciado entre los hombres. ¿Cuántos son los que se han convertido a él y que pueden hacer profesión pública de su fé, sin esconder el rostro? Que pueden decir como Pablo: “No me avergüenzo del evangelio; porque es poder de Dios para salvación...”. (Romanos 1:16).
De éstos hay muy pocos, pero son los que están con él “Y que son llamados y elegidos y fieles”. (Apocalipsis 17:14) .

¿POR QUé NO ACEPTAN SU LLAMAMIENTO?
Dios no quiere que se pierda ninguno. (2a Pedro 3:9).
Por el contrario, “Quiere que todos los hombres sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad”. (1a Timoteo 2:4).
No obstante los hombres siguen en su indiferencia, ajenos de la vida de Dios y consecuentemente muertos en sus delitos y pecados, Y si Dios no toca su corazón el hombre sigue sin oír el llamado del Salvador que lo dijo así: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trajere... así que todo aquel que oyó del Padre y aprendió viene a mi”. (Juan 6:44-45).
Dios sabe quienes pueden creer y quienes son irredentos, para los que son de Dios hay esta promesa. “Te haré entender, te enseñaré el camino en que debes de andar, sobre ti fijaré mis ojos”. (Salmo 32:8).
Concluímos éste tema sin agotarlo, con la aseveración del Señor: “El que es de Dios; las palabras de Dios oye” (Juan 8:47) “El que a mí viene no le echo fuera”. (Juan 6:37).
Amén


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La Salvación








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Es eterna y no se puede perder

El hombre desde Adán heredó su naturaleza pecaminosa, y consecuentemente la muerte.
Así el hombre se constituyó en un ser caído que tiene necesidad de ser salvado. “Para ésto apareció el Hijo de Dios; para deshacer las obras del Diablo.” (1a Juan 3:8)
“Y nosotros hemos visto y testificado, que el Padre ha enviado al Hijo para ser salvador del mundo.” (1a Juan 4:14).
La salvación que da Jesucristo, es la salvación del pecado, tal y como lo dijo el ángel a José: "Le pondrás su nombre Jesús; porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21).

EL HOMBRE NO PUEDE SALVARSE
Nadie puede salvarse de la muerte, ni de la condenación, ni de la paga del pecado, ni del juicio de Dios, si no es salvado primero de sus pecados. “Porque la paga del pecado es muerte.” (Romanos 6:23).
Jesucristo es el único salvador, y no hay ningún otro.“Porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12).
Hay una aseveración axiomática que dice: “Por cuanto todos pecaron, están destituídos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23).
De ser así todos necesitamos entonces ser salvados del pecado y sus consecuencias; pero ninguno puede ser salvado, si no lo desea, ya sea por no tener conciencia de su pecado, o por su incredulidad.
Sabemos que el salvador quiere salvar a los pecadores.“Porque ésto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador; el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad:” (1a Timoteo 2:3-4). Pero no quiere obligar a nadie, sino que el pecador sienta en arrepentimiento la necesidad de ser salvo y lo solicite de su voluntad y, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.” (1a Juan 1:9).
Jesús apareció para quitar el pecado del mundo. “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.” (1a Juan 3:5)“He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29)
El pecado elemental del mundo es la incredulidad, y Jesús se los espetó siempre.“Les respondió Jesús: Os lo he dicho y no creéis...mas vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.” (Juan 10:25,26) “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creyéreis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24)“De pecado ciertamente por cuanto no creen en mí.” (Juan 16:9).
Se significa entonces que la incredulidad es el primer obstáculo que impide a los hombres aprovechar la salvación que Jesucristo les ofrece, y usted sabe que ésto no ha cambiado porque la indiferencia y la incredulidad siguen siendo distintivas en los hombres de hoy.

CREER ¿QUé?
“Si no creyéreis que YO SOY en vuestros pecados moriréis.” él es el mismo que desde los días del éxodo se identificó así: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me ha enviado a vosotros.” (Éxodo 3:14) Él es el mismo Dios que los sacó de Egipto pero que no lo supieron identificar. Pero además él es el Mesías que esperaban, el que los salvaría de sus pecados, el que moriría para salvar sus vidas. Mas no le creyeron.“A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren; recibirán perdón de pecados por su nombre.” (Hechos 10:43),
Tu apreciado lector: ¿Puédes creer ésto?

LA MODERNA ESCLAVITUD
Hay esclavos que no saben que lo son. Esclavos del alcohol, del tabaco, de la drogadicción, el odio, la prepotencia, el orgullo, la fornicación, idolatría, hechicerías, malas artes, intolerancia fraterna, mal carácter, desamor, etc. Todas estas cosas son los duros eslabones de la cadena de su esclavitud. Pero ¡Gloria a Dios! Mire lo que dijo Jesucristo: “De cierto, de cierto os digo: Todo aquél que hace pecado es siervo (esclavo) de pecado... Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”(Juan 8:34-36).

¿LIBERTAD?
¿De qué sirve la libertad si se sigue en el pecado? En la consideración de éste problema un hombre de Dios escribió: “Permaneceremos en pecado para que la gracia crezca? En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, como permaneceremos aún en él.” (Romanos 6:1) “Porque vosotros hermanos a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.” (Gálatas 5:13)
¿QUé HACE DIOS CON NUESTROS PECADOS?
Hay una figura en el lenguaje profético de Miqueas, que nos ilustra sobre como se deshace Dios de nuestros pecados. “él tornará, el tendrá misericordia de nosotros, el sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados.”(Miqueas 7:19) “Y añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades.” (Hebreos 10:17).
La biblia concluye diciendo: “El que es injusto, siga en la injusticia todavía. El que es sucio, ensúciese más todavía. El que es justo, sea justo todavía. Y el santo santifíquese más todavía.” (Apocalipsis 22:11).
¿De cuáles eres?



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La Caída del Hombre







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Su rescate todavía hoy!

El hombre cayó por causa del pecado, y de esta condición de ser caído, no puede levantarse sin tomarse de la mano de Dios. “Así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuánto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios”. (Romanos 5:12 y 3:23.) (En éste tema usamos la versión actualizada)
El axioma Salomónico nos dice: “ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque.” (Eclesiastés 7:20) Todos hemos pecado, “Como está escrito: No hay justo ni aún uno, no hay quien entienda, no hay quién busque a Dios”. (Romanos 3:10,11)
Y lo mas grave de ésta situación es que nadie puede por si mismo librarse de sus pecados. ”¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mí corazón, limpio estoy de mí pecado?” (Proverbios 20:9)
Todos participamos de la herencia Adámica y por ello la muerte nos alcanzó a todos y nadie puede salvarnos del pecado y sus consecuencias. “Ninguno de ellos puede redimir a su hermano, ni pagar a Dios por su rescate. La redención de su vida es muy costosa, se ha de abandonar por siempre el intento ”. (Salmo 49:7-8)
El Hombre no ha encontrado remedio para el pecado, y éste mantiene al mundo sumido en el dolor, enfermedad, guerras, maldad, sufrimiento y muerte, etc., que como consecuencias del Juicio, no se hacen esperar. “Pero enojo e ira a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia. Tribulación y angustia sobre toda persona que hace lo malo (al judío primero y también el griego)”. (Romanos 2:8-9)
Y cuando vemos al mundo sumido en su penar, nos damos cuenta de que nadie queda exento de sufrir por lo que hace. “Porque sabemos que toda la creación sufre a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora”. (Romanos 8:22)
La obra de Satanás ha sido universal y sin distingos, pues el pecado victima por igual a las gentes de todos los niveles y condiciones de la sociedad y no de ahora, vea Ud. como lo denunció un hombre del primer siglo: “Sabemos que somos de Dios y que EL MUNDO ENTERO ESTÁ BAJO EL MALIGNO”. (1a Juan 5:19)
Dios en su omnisciencia, supo que así sucedería, y desde el principio ordenó y desarrolló un plan para salvar al hombre del pecado y sus mortales consecuencias. Y de Jesús se dice: “él a la verdad fue destinado desde antes de de la fundación del mundo”. (1a Pedro 1:20)
El hombre necesita entrar en ese plan para evitar la perdición de su alma y librarse del Juicio que está sobre todos los hombres. La advertencia de lo alto señala el peligro de la omisión de Dios en nuestras vidas. “Porque el que me halla, hallará la vida y obtiene el favor de Jehová, pero el que me pierde se hace daño a si mismo. Todos los que me aborrecen aman la muerte.” (Proverbios 8:35-36)
¿CUÁL ES EL PLAN DE SALVACIóN?
Dios tenía un plan, pero para llevarlo a cabo se requería de alguien capaz de realizarlo y de tal modo, que la propia vida del realizador iría de por medio y Dios preguntaba: ¿A quién enviaré y quien irá por nosotros? Y yo respondí: Héme aquí envíame a mí”. (Isaías 6:8) Aquí el profeta toma el lugar del Salvador y en una clara representación de él, se ofrece como Jesús lo hizo. En la obra que Jesús debía de realizar había cosas tan difíciles de ejecutar que ni santos, ni profetas, ni Ángeles podían hacer, porque se necesitaba un superávit de solvencia, una plenitud de inocencia, y un amor a toda prueba por la humanidad caída, al grado de ser inmolado por y para ello. Así, Juan anegado en llanto describe esta situación diciendo: “Vi un Ángel poderoso que proclamaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro; ni siquiera mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque ninguno fue hallado digno de abrir el libro; ni siquiera de mirarlo”. (Apocalipsis 5:2-4) Pero si Ud. sigue leyendo hasta el versículo 10, verá que Jesús en la figura del león de Judá, la raíz de David y un Cordero inmolado, venció y fue encontrado digno de tal obra. Así vemos que Dios no tomó a los Ángeles sino a la descendencia de Abraham “la cual es Cristo”. (Hebreos 2:16 y Gálatas 3:16) Y así Juan pudo decir: “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo como Salvador del Mundo". (1a Juan 2:12).
¿DE QUE MANERA NOS SALVA?
Jesús derramaría su sangre para limpiar nuestros pecados, cumpliría por nosotros la Ley que no pudimos cumplir, tomaría nuestro lugar para morir por nosotros haciéndonos aptos para poseer la vida eterna, evitar el juicio de Dios, y pasar de muerte a vida. Ahora podemos decir Como los ancianos del Apocalipsis: “Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”. (Apocalipsis 5:12)
Amén.


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La Gracia









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Indulto de Dios para los condenados a muerte.

La salvación se obtiene por gracia, y no por obras buenas o piadosas, porque las mejores y más buenas obras del hombre, no sirven para lograr su propia salvación. “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como el viento”. (Isaías 64:6)
La gracia es la dádiva de vida eterna en Cristo Jesús. “Porque por gracia sois salvos por la fé , y ésto no de vosotros, pues es don de Dios...aún estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois salvos”. "Y si por gracia, luego no por las obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por las obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra”. “Los que confían en sus haciendas, y en la multitud de sus riquezas se jactan. Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate. "Porque la redención de su vida es de gran precio y no se hará jamás” . “Porque la paga del pecado es muerte; más la dádiva de Dios (gracia) es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Efesios 2:5; Romanos 11:6; Salmo 49:6-8; Romanos 6:23).
Las buenas obras son característica del cristiano, pero no nos pueden salvar. La salvación no está en las manos del hombre, es obra de Dios solamente. Y la buena nueva es, que todo lo necesario para nuestra salvación ya fue hecho por Jesucristo. Por eso la salvación es gratuita o por gracia, porque ya él pagó por nosotros.
Lo único que el hombre debe hacer es aceptar y solicitar la salvación ante el trono de la gracia. “Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, sino según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”. “No por obras para que nadie se gloríe”. “Así que no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. “Antes por la gracia del Señor Jesús creemos que seremos salvos, como también ellos”. “Para qué, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro”. “Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres se manifestó”. “Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro”, (2a Timoteo 1:9; Efesios 2:9; Romanos 9:16; Hechos 15:11; Romanos 5:21; Tito 2:11-12; Hebreos 4:16)
Quien vive en la gracia debe crecer en ella. “Más creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. (2a Pedro 3:18) Sin Jesucristo, nadie puede obtener la salvación por otros medios, y menos que la otorguen por gracia.

GRACIA POR GRACIA
Por gracia de Dios tenemos las mejores cosas de la vida, el sol, el aire, el agua, las plantas, etc. Y Dios no las cobra, aunque sin ellas no podríamos vivir, y sin embargo preferimos otros medios de explotación humana que nos cobran muy caro por el tiempo que nos hacen perder y la dedicación que nos exigen en sus prácticas religiosas. Se han olvidado del bendito mandamiento que dice: “De Gracia recibísteis, dad de gracia”. (Mateo 10:8)
Regalo, don, dádiva, merced, indulto, todo eso es el significado de la gracia de Dios, aunque no lo podamos explicar con palabras porque pertenece a las cosas inefables como nos lo dice Pablo en su gratitud a Dios, “Gracias a Dios por su don inefable”. (2a Corintios 9:15).
Por el versículo anterior usted puede darse cuenta de que se trata precisamente de la gracia de Dios que en aquellos hermanos, era eminente.
Hoy se predica en todos los ámbitos de la religión sobre la gracia, hay inclusive denominaciones que se dicen de gracia, pero que no dan de gracia lo que de gracia recibieron; Jesús dice que todos tomamos de la plenitud de Dios, pero agrega: “Y gracia por gracia”. (Juan 1:16)
Esto nos hace reflexionar sobre los dirigentes religiosos que el maestro llamó asalariados y que huirían de sus ministerios si tuviesen que desempeñarlos de gracia. ¿Qué entienden éstos de gracia por gracia? quizá lo sepan, pero prefieren aplicar en su iglesia sistemas de mercadotecnia. Al decir ésto recordamos la sentencia de Santiago apóstol: “El pecado está en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace”. (Santiago 4:17)

EL GRAN ENGAÑO
Preciado Hermano lector, ¿Qué responderías si te preguntaran cuánto pagarías o cuánto estás pagando por tu salvación? ¿Pagas el Diezmo? ¿Das limosnas u ofrendas en tu iglesia? ¿Pagas la literatura que ofreces por las casas? ¿Eres fiel en la asistencia a tu iglesia? ¿Dedicas parte de tu tiempo a trabajar por tu iglesia? ¿Das los donativos que el pastor solicita con frecuencia? Cualquiera de éstas cosas es una inversión que tú haces de buena gana porque crees que encontraste la verdad. Y aunque sabes que te resulta caro crees que haces una buena obra.
Así es como la religión se ha hecho poderosa, así es como se han construído los grandes templos y catedrales: y así se sigue explotando la fé de las gentes que quisieran que su iglesia fuese la más grande rica y poderosa. Desde luego que ésto no es un mal deseo y sería lo mejor de lo mejor si fuese la voluntad de Dios, o al menos fuese cierto. Pero si no lo es, todo lo que has invertido habrá sido en vano, y has pagado por algo que no te concederá los anhelos de tu corazón.
El fin de Pablo al escribir sus 12 epístolas es objetar “la salvación por medio de las obras”, “Al que obra no se le cuenta el salario como merced, sino por deuda. Más al que no obra, pero cree en aquel que justifica al impío, la fé le es contada por justicia." Como También David dice ser "bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras”. (Romanos 4:2-6) “Porque por gracia sois salvos por la fé... no por obras para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8-9).
Las obras son buenas y debemos hacerlas, como evidencia de que somos cristianos, pero no tienen ningún valor salvítico, ni nos califican para obtener la vida eterna. Es la gracia de Dios que envió a su Hijo divino a expiar nuestras culpas y nos salvó así del pecado y de la muerte del alma. Los que entendemos ésto, no nos queda sino decir también como el Apóstol: “Gracias a Dios, Por su don inefable”.
Amén



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El Bautismo de Cristo







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Todavía hoy desconocido!

Nosotros sabemos que hay un solo y único bautismo, aunque haya muchas formas en su aplicación. Pablo lo define así: “Un Señor, una fé, un Bautismo”. (Efesios 4:5). Lo extraordinario en éste caso es; que éste bautismo del que habla el apóstol no es el bautismo que enseña y aplica la religión.
Hay un elemento básico y común en el bautismo de todas las denominaciones: el agua, y es precisamente lo que nos hace ver que el bautismo religioso es el de Juan y no el de Cristo ya que ambos son en extremo diferentes, vea usted al propio Juan decirlo: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cuál yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”. (Mateo 3:11).
Esto nos dice que el bautismo de Juan no es el de Cristo; y que éste era provisional y perentorio mientras llegaba el que traía el nuevo bautismo del Espíritu y Fuego, que hasta hoy es desconocido.
Por lo que podemos denunciar con base en éstos inspirados versículos que el bautismo que las iglesias aplican no es el de Cristo.

¿CUÁL ES LA CONSECUENCIA?
Es triste decirlo, pero la voz de Dios que nos habla desde las páginas de la Biblia, no debe ser acallada ni desoída. Y Jesús nos dice lo mismo que Juan: “Porque Juan a la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de éstos”. (Hechos 1:5).
Por lo que podemos ver que los Apóstoles no fueron bautizados con agua, sino con el Espíritu Santo como el Señor les prometió. Y así fue como sucedió según se relata en el Capítulo dos. Así que la consecuencia de haber recibido un bautismo equivocado es igual a no haber recibido ninguno o carecer del bautismo que salva, que es el de Cristo.

EL BAUTISMO QUE SALVA
Según Pedro el agua del diluvio fue un tipo del bautismo que ahora nos salva, pero al decir que éste no quita lo sucio de la carne, nos está diciendo que ya no es un bautismo de agua, sino algo interior que la conciencia pide y que se sustenta en la resurrección de Jesucristo. Ud. puede ver todo ésto dicho al modo de Pedro y con las deficiencias de la traducción en (1a Pedro 3:21).
Hubo también otros bautismos que fueron hechos como símbolos del verdadero Bautismo que el Mesías traería tal y como vimos que lo dijo Juan. “Porque no quiero hermanos que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar”. (1a Corintios 10:1-2). Quizá aquellos ni siquiera lo supieron, pero ahora sabemos que lo que les sucedió fue en figura de lo que hoy tenemos en Cristo. “Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para admonición de quienes han llegado al fin de los siglos”. (verso 11)
Los Judíos han tenido siempre el agua como elemento de purificación y los bautismos en tiempos de Jesús eran practicados por ellos en forma exagerada lo cual les mereció la crítica del Señor: “porque los Fariseos y todos los Judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos no comen. Y volviendo de la plaza, si no se bautizan, no comen, y otras muchas cosas tomaron para guardar, como los bautizos de los vasos para beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos”. (Marcos 7:3-4).
Desde luego que las biblias actualizadas como la revisión de 1960 y otras, no dicen bautismos sino lavamientos, pero la versión del Dr. Pratts y otras de acuerdo con el griego original dicen bautismos, tal y como el autor de Hebreos lo consigna también. “Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos géneros de bautismos, impuestos hasta el tiempo de la corrección”. (Hebreos 9:10)
¿Por qué se ha traducido lavaduras en vez de bautismos? Porque si cualquier persona pudiera ver que Jesús no aprobó los bautismos de agua de los Judíos, la doctrina del bautismo quedaría expuesta como el error que es, con lo cual las iglesias tendrían un gran problema.
Pero hay un versículo donde a los traductores se les pasó cambiar la palabra y así, cuando Pablo se refiere a las cosas que ya deben dejarse, entre ellas menciona los bautismos. “Por tanto, dejando la palabra del comienzo de Cristo, (evite Ud. la frase “en la doctrina de Cristo” que está en cursiva, significando que no está en el texto griego) vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento... de la doctrina de bautismos...etc. (Hebreos 6:1,2).
Cuando dice La palabra del comienzo de Cristo, no se refiere a la doctrina de Cristo porque él nunca predicó tales bautismos, sino que quiere decir: lo que creían al principio de su conversión a Cristo y que se resistían a dejar. Porque como ya vimos en el Cap.9:9 y 10, éstas terminarían al llegar el tiempo de la corrección en el que Jesús haría nuevas todas las cosas.

EL BAUTISMO DE CRISTO
El tema es muy amplio por lo que lo concluiremos con algunos versículos básicos.
No lo aplican los hombres ni es de agua, ni se hace en ríos ni pilas, lo da el Espíritu Santo y se hace en el cuerpo de Cristo que es la iglesia. “Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo...” (1a Corintios 12:13).
El Bautismo del Espíritu Santo se nos da desde que creemos al evangelio, porque el de Juan dejó de ser. “¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: antes ni aún hemos sabido si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿Pues en que sois bautizados? Y ellos dijeron en el bautismo de Juan... Oído que hubieron ésto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos Vino sobre ellos el Espíritu Santo...” “...oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud; en el cuál desde que creísteis fuísteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” (Hechos 19:2-6 y Efesios 1:13).
El fuego de éste bautismo es la palabra de Dios traída por Cristo a éste mundo. “No es mí palabra como el fuego dice Jehová; y como Martillo que quebranta la piedra”. “Fuego he venido a meter en la tierra; ¿Y qué quiero si ya está encendido?" (Jeremías 23:29 y Lucas 12:49).
Amén

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El Nuevo Nacimiento







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No es el bautismo de agua, sino de lo alto!

Dios tiene una Familia propia, pero el hecho de ser hombres o criaturas naturales o simples seres humanos, NO nos hace hijos de Dios, aunque muchos pueden sentirse agraviados por éste concepto.

EL REQUERIMIENTO DEL PADRE

“En verdad en verdad os digo; el que no naciere de lo alto, no puede ver ni entrar en el reino de Dios”. (Juan 3:3-5)
¿Por qué nacer otra vez? Porque sólo se puede lograr un hombre nuevo naciendo de nuevo, NO hay otro modo.

¿CóMO SE NACE OTRA VEZ?

Hay iglesias que por nacer de agua y del Espíritu creen que se trata de bautizarse, y así lo enseñan haciendo caer en el engaño a sus conversos, a pesar de que en el verso 3 Jesús dice que se trata de nacer de “arriba”, es decir de Dios.
“Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre: los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios.” (Juan 1:12-13)
Para nacer de Dios se necesita ser engendrado de él. “El de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. (Santiago 1:18)
Pedro coincide plenamente con ésto y dice: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. (1a Pedro 1:23)
Note Ud. el proceso: Juan nos dice que los hijos de Dios no son de origen humano, Santiago nos dice que Dios los engendra, y Pedro agrega que renacemos de la simiente de Dios que es su palabra. Esto nos hace ver a la vez lo que es nacer de agua.

LOS QUE NACEN DE NUEVO ¿CóMO SON?

“A que dejéis vuestra pasada manera de vivir, el viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos de error, y a renovaros en el espíritu de vuestra mente. Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme a Dios, en justicia y en santidad de verdad”. (Efesios 4:22-24) “El que es engendrado de Dios no practica el pecado porque su simiente permanece en él, y no practica el pecado porque es nacido de Dios”. (1a Juan 3:9) “Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios no practica el pecado, mas el que es engendrado de Dios, se guarda a si mismo y el maligno no le toca.” (1a Juan 5:18) “A que dejéis cuanto a la pasada manera de vivir, el viejo hombre que está viciado conforme a los deseos de error; y a renovaros en el espíritu de vuestra mente".“El hombre del corazón que está encubierto en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios”. (1a Pedro 3:4) “Cualquiera que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios”. (1a Juan 4:7) “Si alguno está en Cristo Nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”. (2a Corintios 5:17)
La palabra de Dios hace al hombre nuevo, “El cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo crió”. (Colosenses 3:10)

EXéGESIS

Jesús no fué reformador, sino innovador, el vino a hacer todo nuevo incluído el hombre. “He aquí yo hago nuevas todas las cosas...”(Apocalipsis 21:5)
"El que está en Cristo es una nueva creación de Dios." Aunque se ha traducido como “nueva criatura”. Esto no es algo que se haya corregido, o arreglado, o cambiado, es alguien completamente nuevo, y Jesús sabía que ésto sólo se lograría haciendo que el hombre volviera a nacer, pero ya no como hijo de la carne, sino nacido de lo alto, es saber de Dios. Estos han sido renovados por el Padre de las luces, tal y como el mismo lo prometió por el profeta Ezequiel; “Y esparciré sobre vosotros agua limpia...” "Destilará como la lluvia mí doctrina; destilará como el rocío mí razonamiento, como la lluvia sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba”. (Deuteronomio 32:2) “y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias: y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros ni Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos y los pongáis por obra”.(Ezequiel 36:25-27)
Con razón Pablo dijo: “Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas”. (Efesios 2:10)

TODO ES HECHO NUEVO

“Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra se fueron y el mar ya no es”. (Apocalipsis 21:1)
Con una “nueva Jerusalem” (verso 2) Un evangelio que es “Buenas nuevas” (Nuevo cántico). Un nuevo bautismo, Un nuevo Pacto. Nuevos mandamientos. Un nuevo Templo. Un nuevo testamento. Una vida nueva. Un pueblo nuevo. Una iglesia nueva. etc.
Toda esta riqueza Dios la ha escrito en nuestras almas. “Y éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días,dice el Señor: daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré”. (Hebreos 10:16)
Esto es así porque en las buenas nuevas del evangelio de verdad, ya no es el hombre el que se compromete a cumplir, sino el Señor el que guía, enseña, y santifica a sus hijos mediante el poder de su Santo Espíritu. “Te haré entender, te enseñaré el camino en que debes de andar; sobre tí fijaré mis ojos". (Salmo 32:8)
Así el cristiano puede andar en novedad de vida sirviendo en la novedad del Espíritu y no en la vieja letra. (Romanos 7:6)
¡Gloria a Dios!



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El Reino de Dios







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INSTITUCIóN, REALIDAD Y VIGENCIA

El reino de Dios no es una predicción, ni una promesa, sino una gloriosa realidad. De lo que Jesús dió la siguiente prueba. “Y si por el Espíritu de Dios hecho fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el Reino de Dios”. “La ley y los profetas hasta Juan; desde entonces el Reino de Dios es anunciado y cualquiera se esfuerza a entrar en él”. (Mateo 12:28 y Lucas 16:16).
Jesús vino para establecer su reino entre los hombres, y sus apóstoles fueron constituídos como el reino de Dios. “Yo pues os ordeno un reino, como mí Padre me lo ordenó a mi”. “Ni dirán está aquí, o está allí, porque el reino de Dios entre vosotros está”. “Y oí una voz del cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo...” “No temáis, manada pequeña; porque al Padre le ha placido daros el reino”. (Lucas 22:29 y 17:21; Apocalipsis 12:10 y Lucas 12:32)
Así Jesús pide a sus oyentes que lo primero que deben hacer es buscar el reino. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:33) Este mandamiento no podría ser cumplido si el reino de Dios no ha venido, o si apenas va a venir.
La realidad y vigencia del reino de Cristo la describe Pablo así: “Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”. (Colosenses 1:13).

LA NATURALEZA DEL REINO
“Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo”. (Romanos 14:17) Esto nos habla de su naturaleza espiritual, de modo que aunque está en el mundo no es un reino mundano, llamado con propiedad “El reino de los cielos”. Tres veces le dijo Jesús a Pilato: “Mi reino no es de éste mundo”. (Juan 18:36) Pedro dice: “Sois linaje escogido, real sacerdocio...” (1 Pedro 2:9) Esto es sacerdocio regio o sacerdocio de reyes, que son parte del reino y constituidos por Dios para reinar sobre la tierra. (Apocalipsis 1:6,9 y 5:10) En éstos pasajes se puede ver que “el pueblo de Dios” que es su iglesia, son los reyes y sacerdotes que conforman el reino de Dios en la tierra.

EL MUNDO NO PUEDE VERLO
Es obvio que quienes predican que el reino vendrá pronto, es porque no lo han visto, y es que no cualquiera puede ver el reino de Dios, ésto requiere llenar el requerimiento del Señor que dijo: “En verdad en verdad te digo; que el que no naciere de lo alto, no puede ver el reino de Dios”. (Juan 3:3) Y en el verso 5 agregó: “El que no naciere de agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios”. Estas enfáticas declaraciones le fueron dadas a un cauteloso intelectual, que igual que los contemporáneos, incluídos los religiosos, no pueden entender las cosas del Espíritu.
El Apocalipsis, declara a Jesús: “Rey de reyes y Señor de señores”. (Apocalipsis 19:16) Y todo aquél que sea vencedor puede sentarse como rey en el trono del Gran Rey. “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mí trono; así como yo he vencido y me he sentado con mí Padre en su trono”. (Apocalipsis 3:21).

¿EN VERDAD SOMOS REYES?
Es cierto que somos reyes y sacerdotes, pero para que ésto sea efectivo en nosotros, necesitamos dos cosas, una es mucha fé y decisión de vivirlo porque para ejercer un título se requiere trabajar en ello. Lo otro es la comprensión muy clara de la condición espiritual de ser reyes y sacerdotes, no podemos salir al mundo a publicar que somos reyes y sacerdotes porque se burlarían de nosotros, y si les decimos que lo somos en el espíritu tampoco lo entenderían. No, esta regia posición que el Señor nos ha dado es para que sepamos que tenemos autoridad, dignidad, poder, y dominio, lo cual se traduce en valor, carácter, personalidad, seguridad y confianza, para hacer la obra de Dios y enfrentar las fuerzas del maligno cualesquiera que sean, sabiendo que tenemos todo éste respaldo y apoyo de parte del Rey de reyes. En síntesis son dones y valores internos para el desarrollo, realización y éxito de la vida espiritual.
Todo ésto estaba incluído en la oferta que el Señor hizo a los setenta profetas que ordenó: “He aquí os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del maligno, y nada os dañará”. (Lucas 10:19) Oferta a la que Pablo le da carácter universal al decirnos: “Y el Dios de Paz quebrantará presto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con vosotros. Amén”.



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La Parusía









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Ya vino por segunda vez y está entre nosotros!

Creemos que las palabras divinas de Jesús: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de las edades”. (Mateo 28:20)
Están vivas, y han sido una constante realidad durante toda la era cristiana conforme a su promesa. desde el día de Pentecostés según lo señala Hechos Cap.2, Jesús regresó en espíritu para estar con los suyos para siempre, tal y como lo declaró a sus discípulos: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros y será en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”. (Juan 14:16-18) Así se realizó la segunda venida para los primeros conversos y “vendré a vosotros” no nos incluye a nosotros, a menos que la gramática nos tenga sin cuidado.

SU MANIféSTACIóN A LOS IMPíOS

Es lógico que esta venida consoladora del Señor para los creyentes, no sería igual, ni tendría los mismos efectos para los infieles; a éstos, el Señor se les manifestaría en otra forma y en otro tiempo señalado brevemente y marcado con una señal muy clara.

LA SEÑAL

“Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria”. (Mateo 24:30)
Esta señal ya Jesús se las había dado a petición expresa de sus discípulos que en el versículo 3 le dijeron: “Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas , y que señal habrá de tu venida y del fin del tiempo”. Y el Señor después de prevenirlos de los engaños, les dió la siguiente señal: “Por tanto cuando viéreis la abominación del asolamiento, que fue dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee entienda)". Este asolamiento Daniel lo describe así: “Y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos.” (Daniel 9:26)
Como ésto ya fue cumplido, sabemos que el príncipe fue Tito y su pueblo, el romano que en el año 70 cumplieron las profecías de Daniel respecto a la destrucción de Jerusalem y el templo, produciéndose así la Señal dada por el Profeta de los profetas, Marcos en su capítulo 13 habla también de esta señal con las mismas palabras de Mateo, pero Lucas es más directo y nos dice: “Y cuando viéreis a Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado”. (Lucas 21:20)
Esta era la gran señal indicadora de la presencia o parusía del Señor en Juicio como dice Pablo, o en venganza como dice Lucas.
Si la señal se cumplió en el año 70, entonces sucedió en el tiempo señalado por el Señor para su regreso y los eventos que lo evidenciarían, él dijo: “De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas éstas cosas no acontezcan”. (Mateo 24:34)
Algunos han querido ver que aquí Jesús se refirió a la última generación del mundo, pero la palabra ÉSTA desmorona su interpretación porque el Señor se refería claramente a la generación de sus días.

LA SECUENCIA DEL “ENTONCES”

El evento principal de Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21, es el retorno de Cristo y los sucesos y el tiempo a los cuales él hizo referencia en relación con su manifestación, en cuanto al tiempo los tres coinciden en que esta sería durante la destrucción de Jerusalem. Seguiremos la reseña de Lucas, que empieza señalando el sitio de Jerusalem, como el primer suceso indicador de la Parusía o presencia del Señor diciéndonos “entonces” huyan de Jerusalem y no entren en ella etc. (Lucas 21:21) “entonces” habrá señales en el cielo etc. (Lucas 21:25) “entonces” el mismo ENTONCES del sitio de Jerusalem. “Verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande”. (Lucas 21:27)
Desde el punto de vista literal, la Gramática de la biblia es de lo mejor, y aquí el adverbio de tiempo “entonces” nos muestra a la letra que el tiempo de la “segunda venida”, indicado por Jesús fué cuándo Jerusalem fue sitiada y destruída. Esta verdad de la Palabra de Dios, ha sido contradicha por los teólogos del error, haciendo creer a los hermanos cristianos que Jesús en la figura de Jerusalem se refería al fin del mundo cuando según ellos Jesús regresará otra vez.
Así el Anticristo realiza su obra.
Toda la información documentada sobre el tema se provee en “LA TEMáTICA DE LA SEGUNDA VENIDA”.

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La Paga del Pecado





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¡No es el infierno ni el fuego!

Está escrito que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). La muerte eterna o la muerte del alma. Jesucristo vino a salvarnos del pecado y de la muerte. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16). De modo que si alguien muere en la incredulidad, sin haber aceptado a Jesucristo como su salvador; quedará eternamente perdido. Lea Ud. lo que sobre ésto escribieron los profetas de Dios: “Muertos son, no vivirán: han fallecido, no resucitarán, porque los visitaste, y destruíste, y deshiciste toda su memoria”. (Isaías 26:14). “Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra, en aquel día perecerán sus pensamientos”. (Salmo 146:4). "Porque he aquí viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrazará, el cual no les dejará ni raíz, ni rama”. (Malaquías 4:1)

MAYOR CASTIGO QUE LA MUERTE
Será la extinción total del ser, perder la gloriosa oportunidad de ver a Dios y gozar de su presencia en el cielo; privarse de la vida eterna que Cristo ofrece, no llegar a ser iguales a los ángeles y no poder gozar de los privilegios de los espíritus de los justos hechos ya perfectos, es la inmensa pérdida que sufrirán los que mueran bajo la sentencia del pecado. “Como es lanzado el fuego los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego; así perecerán los impíos delante de Dios”. (Salmo 68:2). “Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; cuando se manifieste, le veremos como él es porque seremos semejantes a él”. (1a Juan 3:2). “Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos; más son como los ángeles de Dios en el cielo”. (Mateo 22:30). “Y a la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos perfectos”. (Hebreos 12:23). “Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos”. (1a Pedro 1:4).

¿LO SABEN SIQUIERA?
¿Cuantos han leído la biblia? ¿Cuántos la leen? ¿Cuántos hay que no saben lo que Dios ofrece en su Palabra? Con seguridad que son tantos, que lastima saberlo. La religión popular ha fracasado en la difusión del evangelio con todas sus promesas de eternidad y gloria. Las cosas de Dios no son motivo de conversación. Y sí algo se dice sobre religión, queda en eso, sin llegar a tocar los inmensos tesoros que Pablo llamó: “La multiforme sabiduría de Dios”, que la iglesia tiene el deber de publicar. (Efesios 3:10)

GUIAS DE CIEGOS QUE SON CIEGOS
“Dejádlos: son ciegos guías de ciegos; y sí el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”.(Mateo 15:14).
Desde entonces y hasta hoy, los guías religiosos llevan por el camino del error a sus seguidores, manteniendo a las gentes ocupadas en asuntos mundanos, políticos e idolátricos, relegando el conocimiento de Cristo al desván de los dogmas, olvidándose de que en él “Están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento”. (Colosenses 2:3).
Sí los creyentes leyeran “las Escrituras” en vez de oír a quienes se han adueñado de sus conciencias, encontrarían a Isaías diciendo: “Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos”. (Isaías 3:12) “y esta es la condenación, porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas”. (Juan 3:19). Ésto indica que la condena ya está dada, y sólo podrán evitarla los que crean en Cristo como dicen las escrituras (Juan 7:38).

EL PECADO DEL MUNDO
Delante de sus seguidores, Juan exclamó: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. (Juan 1:29). Y Marcos siguiendo lo dicho por el señor asentó: “...el que no creyere será condenado”. (Marcos 16:16). Según Juan ésto es así: “El que en el cree, no es condenado, mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. (Juan 3:18). Estas aseveraciones tan contundentes significan que el más grave pecado del mundo es no creer en Jesucristo.
Lo más difícil para Jesús fue su lucha contra la incredulidad de su pueblo. ¿Y hoy? ¿Acaso el mundo actual si cree en él? Cada país y también cada hombre, tienen los santos o imágenes de su devoción a los cuales les imploran y les hacen culto. Las multitudes se arremolinan ante el papa, o ante el ídolo inerte. Los Cristos que las gentes adoran son Cristos muertos ya sea de piedra, de yeso o de papel Cristos sin mensaje, sin vida, ciegos, sordos y estáticos, que como dijo el poeta:

“Hay cristos que no saben,
cuántas inmensas desventuras caben
en muchos corazones oprimidos;
ni alivian el dolor de los que imploran;
ni reavivan la fé de los que lloran,
ni suavizan la cruz de los caídos”.
Como aquel “Cristo de mí cabecera,
que jamás oyera,
los desgarramientos de mí corazón”.

Y sobre todo ésto, todavía; la terrible paga del pecado.
De la que ahora tú sabes que nadie más que Cristo te puede librar, para lo cual sólo basta que tu quieras.
Amén!


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La Santidad








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¿Cómo se obtiene?

La santidad, es obra del Cristo en la Vida de los que le han amado. “Porque el que santifica y los que son santificados de uno son todos...” “...somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Cristo hecha una sola vez." "...la sangre del testamento en la cuál fué santificado...” (Hebreos 2:11; 10:10 y 29).
La santidad es otro de los grandes logros que en el sacrificio del Señor se obtienen a1 aceptarlo. Esto nos concede la facilidad de cumplir el mandamiento del Padre divino que nos dice: “Sed santos porque yo soy santo”. (1 Pedro 1:15-16).
La santidad no es un don recibido por algunos seres privilegiados, es un requerimiento de aquél que nos llamó para ser su pueblo santo. “Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que estén sobre la faz de la tierra”. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquél que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable”. (Deuteronomio 14:2 y 1a Pedro 2:9).
“Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de fornicación..." ”Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia sino a santificación”. (1a Tesalonicenses 4:3-7).

COMO SON LOS SANTOS

Ser santo no es ser bueno, sino limpio y apartado del mal. “Porque el que quiere amar la Vida, y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño, APARTESE DEL MAL, y haga bien, busque la paz y sígala”. (1a Pedro 3:10-11).
“Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado”. (Juan 15:3),
"Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad". (Juan 17:17).
Santo quiere decir apartado o consagrado, y se refiere a ser apartado del mal y dedicado a Dios. "A que dejéis cuánto a la pasada manera de vivir , el viejo hombre que está viciado conforme a los deseos de error; y a renovaros en el espíritu de vuestra mente y vestir el nuevo hombre que es criado conforme a Dios en justicia y en santidad de verdad". (Efesios 4:22-24).
Y en términos sencillos, ser santo es; ser amoroso, pacífico, responsable, confiable, digno, compasivo, congruente con sus condición cristiana e inteligente para evitar y combatir el mal. Tal y como Job lo dijo; "He aquí que el temor del Señor es la sabiduría y el apartarse del mal la inteligencia." (Job 28:28).

EL SANTUARIO

Lo que la gente llama santuarios son solamente recintos llenos de imágenes muertas y Cristos mudos que no pueden aliviar, salvar ni perdonar, porque no oyen, ni ven, ni entienden. La triste realidad es que no son santuarios sino reductos de idolatría, y no importa cuántos argumentos hayan elaborado los que ejercen y defienden la idolatría, esos no son santos sino imágenes idolátricas. El verdadero santuario es la Iglesia de Dios, que en su seno congrega a quienes el Señor santifica cada día con su palabra.
A la Iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús llamados santos..." La santidad no es un título ó una denominación, sino un mandamiento divino, para alcanzar la imitación de Cristo. "Como aquél que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación"(1a Pedro 1:15).
Está escrito que sin santidad nadie verá al Señor: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cuál nadie verá al Señor". (Hebreos 12:14).
La santidad no es religiosidad, ni fanatismo, ni mojigatería, sino una pacífica y modesta consagración al Señor. El no fué ni religioso, ni fanático, sino consagrado a la voluntad de su Padre.

EL SANTO DE LOS SANTOS

Jesús no fué un asceta solitario que para lograr su santidad se haya retirado al desierto al convento. No, Él convivió con todos como un hombre de su tiempo, no se distinguía de los demás por su atuendo ó por ser estrafalario, sino por su actitud y su palabra, está escrito que: "Las gentes se admiraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas". (Mateo 7:28-29).
Tampoco fué elitista, ni discriminador, ni menospreció a los publicanos, ni a las rameras, ni a los pecadores con los cuáles comió y bebió. "Y los escribas y Fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Qué es ésto, qué él come y bebe con los publicanos y con los pecadores?" (Marcos 2:16).
Tampoco restringió a las rameras y publicanos la entrada a su reino. "De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios" (Mateo 21:31).
Esto nos hace ver que la santidad no se pierde, ni se ofende, en el contacto con los gentiles o los no cristianos. A los Filipenses se les exhortó de ésta manera: "Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa enmedio de la nación maligna y perversa, entre los cuáles resplandecéis como luminarias en el mundo". (Filipenses 2:15).
Y Jesús rogó por los suyos de éste modo: "no ruego que los quitéis del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo, santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad". (Juan 17:15-17).
Una vez mas recordamos el ejemplo de la flor de loto, que en medio de las negras aguas del pantano; florece y esparce su perfume. Éste ejemplo nos viene muy a modo, porque nosotros para DIos somos buen olor.
Considere usted ésta hermosa porción de la palabra santa que dice:"Mas a Dios gracias, cuál hace que siempre triunfemos en Cristo Jesús, y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar. Porque para Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte; y a aquellos olor de vida para vida" (2a Corintios 2:14-16).
Para Dios somos el buen olor de Cristo, éste olor es el conocimiento de Dios que Él manifiesta en todas partes por medio de nosotros, en un olor de vida para dar vida a los muertos en delitos y pecados.
Pero hay moscas muertas que echan a perder el Perfume del perfumista divino. Salomón dice que "son las pequeñas locuras". (Eclesiastés 10:1).
¡Dios te guarde en olor de santidad!
Amén

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La Doctrina del Espíritu






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¡Inspirada por el autor de las Escrituras!

¿Cuál es la doctrina espiritual? ¿No son espirituales las doctrinas eclesiásticas? ¿Se puede mezclar lo terreno con lo espiritual? ¿Qué es primero lo natural o lo espiritual? ¿Qué importancia tiene lo espiritual? ¿Porqué se prefiere lo literal a lo espiritual? ¿Que hay tras la letra de la Biblia? ¿Qué es nacer del Espíritu?
Vivimos rodeados de un mundo exuberante de Tecnología, de progreso material, de racionalismo científico, de toda clase de comodidades, de toda clase de cosas para la recreación de los sentidos.
No obstante, no parece haber satisfacción en los hombres. Se sigue buscando la felicidad, el amor, la justicia, la paz, la verdad. Todo el mundo moderno, con todo lo que en él hay, no ha podido lograr que el hombre sea mejor. El odio y la guerra siguen atormentando a los hombres. La injusticia, la corrupción, la codicia, el terrorismo, la violencia, reinan en todos los ámbitos.
Lo falso, lo aparente, lo frívolo, lo carnal, es más apreciado que los valores esenciales. Felicidad, amor, justicia, verdad y paz, son cosas de orden espiritual y pertenecen a lo interno, a lo intrínseco, son valores del alma, por lo que no pueden lograrse con acopio de lo material, ni con el disfrute de lo sensual, ni siquiera el desarrollo científico en todos sus órdenes a podido obsequiar al hombre la satisfacción de su “Hambre y sed de justicia”.
Esto hace que muchos vuelvan sus ojos a la religión en busca de lo que el mundo no puede dar, sin embargo el materialismo ha penetrado también los linderos de la Iglesia, convirtiendo las verdades del espíritu en dogmas indiscutibles, que han resultado en prácticas, credos y ceremonias de orden material, impidiendo la realización espiritual del hombre.
Se dijo de los primeros Cristianos: “Vosotros que sois espirituales” (Gálatas 6:1). Ellos tenían lo necesario para llegar a serlo. No se puede ser espiritual ejerciendo devociones materiales, ya sea comiendo pan u hostias, o bebiendo vino o agua, fatigando la carne en peregrinaciones, o mandas, o mojándose con “agua bendita”, caminando de rodillas, o bautizándose con agua natural, dándole culto a imágenes de santos, o creyendo que una cruz en el pecho o en la alcoba nos identifica como Cristianos o nos libra del maligno. Construyendo Templos o “Casas de Dios” de piedra o lodo, o levantando Jerarquías que se arrogan “el poder espiritual”.
Guardando días especiales de reposo, o de fiestas de guardar. Creyendo en la resurrección de la carne, o ayunando en fecha determinada. Quemando incienso, o llevando cera o reliquias a los Templos.
Convirtiendo la oración y la sencilla alabanza en ceremonias y liturgias que Cristo no ordenó ni conoció. Esperando y enseñando un reino visible sobre la tierra y un regreso corporal del Cristo en el futuro, etc, etc.

LA VOZ DEL ESPIRITU
El inspirado apóstol dijo así: “No hablamos doctas palabras de sabiduría humana, sino DOCTRINA DEL ESPIRITU, acomodando lo espiritual a lo espiritual” (1a Corintios 2:13). Y el Señor de su propia y divina voz expresó: “El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado SON ESPIRITU Y SON VIDA”. (Juan 6:63).
Esto significa que la doctrina divina que nos otorga vida eterna, es de índole espiritual y no puede “acomodarse” o mezclarse con lo puramente terreno. Jesucristo vino a enseñarnos que “ DIOS ES ESPIRITU ” y que los que le adoran deben hacerlo necesariamente en Espíritu, porque Dios en éste tiempo está buscando adoradores que lo hagan en espíritu y en verdad. (Juan 4:23-24).
La Biblia afirma que la Palabra de Dios es como la “Espada que penetra hasta partir el alma y el espíritu y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del Corazón” (Efesios 6:17 y Hebreos 4:12).
La carne identifica todo lo terreno, lo natural, lo mundano, y consecuentemente lo finito, lo mortal, lo temporal y perecedero. Así está escrito: “No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, más las que no se ven son eternas” (2a Corintios 4:18).
Este pasaje es todo un tratado de Filosofía Cristiana, todo lo que se ve es aparente, se acabará, dejará de ser, las cosas eternas no se aprecian con los sentidos de la anatomía. Jesús mismo no pudo durar en la carne para siempre, ahora vive en espíritu porque es espíritu (1a Pedro 3:18). “Así también está escrito: Fue hecho el primer Adán, en ánima viviente, el postrer Adán en espíritu vivificante" (1a Corintios 15:45). El que vive en el espíritu se desentiende de lo físico. “Nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne, y aún si a Cristo conocimos según la carne, AHORA YA NO LE CONOCEMOS ASI” (2a Corintios 5:16).
Lo material es primero, (esta es la regla), lo espiritual es la meta final hasta llegar a Dios. “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el espíritu, AHORA os perfeccionáis por la carne? (Gálatas 3:3).
No se puede ser creyente espiritual, si los guías no conocen la Doctrina del Espíritu. Los ministros de Cristo son: “Ministros suficientes del nuevo Pacto del Espíritu, no de la letra, porque la letra mata, más el Espíritu vivifica” (2a Corintios 3:6). Este es “El ministerio del Espíritu” (Verso 8). Así los creyentes pueden servir al Señor en Espíritu, en verdad y en novedad de vida (Filipenses 3:3 y Romanos 7:6). El desarrollo de la vida Cristiana y su plena realización, solamente se logra andando en el espíritu. “AHORA que vivimos en el Espíritu andemos en el Espíritu” (Gálatas 5:25 Versión Actualizada). Es decir: ahora en el Tiempo del Espíritu, caminemos según la guianza del Espíritu. “Porque los que viven conforme a la carne piensan en las cosas de la carne, más los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu” (Romanos 8:5).
El creyente confiado, no puede aspirar al Bautismo del Espíritu, si lo único que le han enseñado es el bautismo de agua y menos si se lo aplicaron sin tener uso de razón. Pedro nos dice que "el bautismo que ahora corresponde, es una demanda de la buena conciencia hacia Dios" (1a Pedro 3:21). ¿Qué conciencia puede tener un bebé de días? Jesús dijo a sus discípulos: “Juan a la verdad bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo” (Hechos 1:5). Por estas divinas palabras sabemos que los Apóstoles no fueron bautizados con agua.
Del mismo modo el Reino que Jesucristo fundó es un reino espiritual de Reyes y Sacerdotes en el espíritu, he aquí sus palabras: “El reino de Dios está dentro de Vosotros” (Lucas 17:21). “Y nos hizo reyes y sacerdotes para su Dios y Padre” (Apocalipsis 1:6). “Ciertamente ha llegado a Vosotros el reino de Dios” (Mateo 12:28).
¿Y qué decir de la resurrección de la carne? Dice la Palabra: “Se siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo”, el cuerpo de la carne “No ha de salir” (1a Corintios 15:44,47).
Y lo mismo podemos decir de la Ley que ahora es espiritual (Romanos 7:14). Del Templo de Dios (Hechos 17:24 y 1a Corintios 3:16). Del día de reposo (Mateo 11:28-29 y Hebreos 4:9) De la Cena del Señor (1a Corintios 10:17 y Apocalipsis 3:20). De la forma de ver al Señor (Isaías 45:22, Hebreos 12:2 y Efesios 1:18). Del regreso de Cristo que todos esperan en carne (Hebreos 9:28 y Juan 14:19,23). Todo lo cuál y lo que nos faltó por causa del espacio, es ESPIRITUAL y no terreno, ni siquiera literal. Cuándo podamos ver con los ojos del espíritu y entender la doctrina del Espíritu, entonces podemos decir como Pablo: “Más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1a Corintios 2:16).
Amén.

¿DONDE ESTÁ?
Solamente lo espiritual es eterno. Y es en lo eterno en lo que el Cristiano debe fijar su atención. No seremos espirituales si las cosas que practicamos no lo son. (Romanos 8:5). Vivimos enmedio de un mundo que ignora, que no valora, que rechaza, y hasta hace burla de lo espiritual. Sobre ésto está escrito algo que es una historia muy repetida: “Más como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora” (Gálatas 4:29).
Sí Ud. no es adorador de imágenes, lo tachan de “Masón”. Sí no acepta el bautismo de agua, no puede ser miembro de la Iglesia. Sí habla de Cristo le llaman protestante. Sí no cree en la resurrección de la carne piensan que es Saduceo. Sí no ha bautizado a sus hijos, éstos no son cristianos. Sí no cree en el “Juicio Final” es Sectario. Sí no se ha comido a Dios en la hostia, no tiene a Cristo. Sí no toma la “Santa Cena”, no tiene vida eterna. Sí no cree en los santos “aparecidos”, es ateo. Sí no diezma está robando al Señor. Sí no se va de peregrino, no hace méritos contra los pecados. Sí no cree en el milenio, no entrará en el reino de Dios. Sí no se persigna, es “aleluyo”. Sí no cree que Cristo viene en carne, es apóstata. Sí no compra agua bendita, no puede ser bendito. Sí no cree en el infierno, es pagano. Sí no está casado por la Iglesia, está en amasiato. Sí no cree que el reino de Dios será visible y futuro, entonces no tiene esperanza.
Pero todo ésto y mucho más que no cabe en éste espacio, TODO, todo es material. NADA de lo que se hace o cree, es espiritual. Es tiempo de que Ud. pregunte:
¿DÓNDE? ¿DONDE ESTÁ LA DOCTRINA DEL ESPIRITU?

“Conforme a lo que está escrito creí... “
“La palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.
AMEN.


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El Juicio de Dios







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¿Qué es el juicio de Dios? ¿Cómo es? ¿Cuándo será? ¿Cuántos juicios hay? ¿Se cumplieron a se cumplirán las profecías sobre el juicio? ¿Puede evitarse el comparecer a Juicio? ¿Qué dijo el Señor sobre tan inquietante tema?

La escatología es una invención ideológica. Pretende agrupar o señalar las doctrinas del fin, tales como: El fin del mundo, la segunda venida de Cristo, la resurrección masiva de los muertos, el Armagedón y el juicio final entre otras. El análisis escritural de tales doctrinas, demuestra que la escatología bíblica no existe. Es solo una interpretación errónea futurista de doctrinas ya pretéritas y otras en proceso de cumplimiento, como el caso del juicio de Dios, Las palabras “escatología” y “juicio final”, no existen en la Biblia.

AYER PROféCÍA HOY MANIFIESTA REALIDAD

El juicio como profecía, corresponde al Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento es una vigente realidad, a la que Jesucristo le dio cumplimiento de acuerdo con sus propias palabras diciendo: “Era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí, en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos.” (Lucas 24:44)
Y entre todas las cosas escritas de él, estaba el juicio que había de venir. He aquí lo dicho: “El juzgará al mundo con justicia; y a los pueblos con rectitud.” (Salmos 9:8)
“Sino que el juicio será convertido en justicia y en pos de ella irán los rectos de corazón.” (Salmos 94:15)
“He aquí que en justicia reinará un rey y príncipes presidirán en juicio" (Isaías 32:1)
“Pero se sentará el Juez…” (Daniel 7:26)
Todas éstas profecías fueron cumplidas por Cristo, como lo veremos en la siguiente cita: “He aquí mí siervo yo lo sostendré, mí escogido en quien mí alma toma contentamiento: he puesto sobre él mí espíritu, DARÁ JUICIO A LAS GEnTES ..SACARÁ EL JUICIO A VERDAD. No se cansará hasta que ponga en la tierra juicio…” (Isaías 42:1-4)
Y el apóstol Mateo describe como se cumplió aquella predicción: “PARA QUE SE CUMPLIESE lo que estaba dicho por el profeta Isaías…”
Y luego transcribe palabra por palabra la profecía de referencia, como usted puede verlo en (Mateo 12:17-21).
Tres cosas se cumplieron en esta profecía:
(1) El juicio a todas las gentes,
(2) La revelación de la verdad sobre el juicio,
(3) y la implantación del juicio sobre la tierra.
Jesús describió el cumplimiento de las tres cosas con esta palabras: “Ahora es el juicio de éste mundo.” (Juan 12:31)
Pero no obstante la contundencia de estas declaraciones, las mismas son ignoradas voluntariamente por quienes sustentan la idea del inexistente juicio final, basados en pasajes de la biblia mal traducidos y peor interpretados, pero aquí los aclaramos como prueba de la veracidad de nuestra denuncia. (2a de Timoteo 4:1), dice: “Requiero yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, en su manifestación y en su reino.” (Versiones anteriores a 1960) Veamos la frase: “Que ha de juzgar”. “HA” es el indicativo y activo del tiempo presente, como aparece en la frase, y señala el tiempo presente del juicio que Jesús realiza desde que él mismo le dio inicio, como lo vimos en el párrafo anterior. Este versículo lo eliminaron los revisores de la versión del 60, para adaptarlo a la idea futurista del juicio. Ahora la frase reza: “Que juzgará” con lo que el pasaje perdió su significado presente y ahora es futuro. Pero el texto griego que es el idioma original en que se escribió el texto, dice: “Que está para juzgar tanto por su manifestación como por su reino.”
La versión del Nuevo Mundo hace esta Traducción: “Está destinado a Juzgar.” con la misma tendencia futurista. Solo que el vocablo “destinado”, no está en el texto griego, sin embargo podemos decir que es participio y como tal carece de futuro, como leído, soñado, plantado, etc. pero auxiliado por el verbo “está”, adquiere el modo activo y el tiempo presente, con lo que la acción de “juzgar” está siendo ejecutada.

“Y” EN VEZ DE “EN”

Toda la idea de que el juicio será hecho cuando Jesús regrese, (?) Cuando comience su reino, (?) descansa en la preposición “en” del versículo. “En su manifestación y en su reino”. Consultando el conocido Comentario de Jamieson, Fausset y Brown, asienta: “Los manuscritos más antiguos leen “Y” en lugar de “en”. Significando que Reina o Valera, introdujeron una preposición en vez de una conjunción, cambiando completamente el sentido de lo que Pablo escribió.
Ahora tenemos el privilegio de contar con versiones en abundancia, y gracias a eso, han quedado y quedarán en evidencia los errores de traducción y de interpretación de las doctrinas que por siglos se han predicado como verdades sin serlo. Bonnet y las versiones Ecuménica y Nuevo Mundo, dicen: “Que ha de juzgar a vivos y a muertos, y por su aparición y por su reino.” O sea que Pablo no está fijando el tiempo del juicio, sino requiriendo a Timoteo por cuatro grandes cosas:
(1) Dios, (2) Su Hijo que ha de juzgar a vivos y a muertos, (3) Por su manifestación, (4) y por su reino.
Esta es la verdad que deja sin fundamento en la palabra de Dios a quienes predican el Juicio final.

EL JUICIO ES AHORA

Jesús dijo: “AHORA es el juicio de éste mundo.” (Juan 12:31) El mensaje del ángel de la Revelación es: “Tened a Dios y dadle honra, porque la hora de su juicio ha llegado.” (Apocalipsis 14:7) Y los 24 ancianos adoraron al Señor diciéndole: “Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido y el tiempo de juzgar a los muertos…” (Apocalipsis 11:18).
Ud. Puede ver el gran énfasis que la palabra ofrece sobre la vigencia del juicio.

EL GRAN JUEZ

“El Juez se sentó y los libros se abrieron" (Daniel 7:10), Este juez que preside el juicio divino es también Rey. “He aquí que en justicia reinará un rey…” (Isaías 32:1), También Jesús declaró: “Yo para juicio he venido a éste mundo.” (Juan 9:39), El es el juez que fue investido como tal por Dios, que ordenó así su proclamación: “Y nos mandó que predicásemos al pueblo y testificásemos, QUE ÉL ES EL QUE DIOS HA PUESTO POR JUEZ DE VIVOS Y MUERTOS.” (Hechos 10:42), Desde entonces él está juzgando. “He aquí el juez esta delante de la puerta.” (Santiago 5:9), “El está pronto para juzgar a vivos y a muertos.” (1a Pedro 4:5; N.C.).
Todo el poder y las facultades del Juicio están en él. “Porque el padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo" (Juan 5:22), “Y también le dio poder de hacer juicio.” (Juan 5:27)
El lenguaje de éstos versículos es sencillo y luminoso, y a la luz de ellos deben interpretarse los pasajes difíciles y oscuros sobre el tema.

CONSIDERANDO HEBREOS 9:27
“y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio.” (Hebreos 9:27)
Este es el versículo que los futuristas creen que prueba que el juicio final será después del Juicio. Y ciertamente así lo parece. Pero recuerde que en la página anterior y segundo párrafo quedó claro por los versículos citados que el Juicio es ahora, lo que aseguró el propio Salvador al decir: “AHORA es el juicio de éste mundo.”
Con ésto sería fácil decir: ¿A quien se debe creer a Pablo o a Cristo? pero aquí el conflicto no es entre Pablo y Cristo, sino entre Pablo, Cristo y sus intérpretes. Diremos primero que en el texto griego dice: “…una vez morir y después Juicio". Bonnet lo asienta igual. O sea que los futuristas lo convierten en el juicio final al agregarle el pronombre “el”, sin el cuál, solo se refiere al juicio después de los muertos del tiempo cuando su muerte se determinó. Cuando todavía el juicio de Cristo no venía. Si no es así, entonces los muchos versículos dados en éste tema, quedan en contradicción, y podríamos invocar la regla de dos o tres testigos, porque un sólo testigo no cuenta para decidir.
Pero no es necesario porque sabemos que no hay solamente una muerte ya que la Biblia nos habla de “La muerte segunda” (Apocalipsis 21:6). Y El apóstol Judas hermano del Señor nos dice que hay quienes mueren dos veces, (verso 12). También sabemos que todos estábamos muertos y así nos encontró el Señor cuando dijo: “yo he venido para que tengan vida.” (Juan 10:10) Y Pablo dijo a los Efesios vivos “Levántate de los muertos.” (Efesios 5:14)
Esta es la muerte de (Hebreos 9:27), que pone éste versículo en armonía con el contexto general de las sagradas escrituras. Y no en contradicción como hacen los escatologístas y futuristas. Amén.



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Muerte y Resurrección de Cristo





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Ni murió en viernes ni resucitó en domingo!

Lectura básica: (1a Corintios 15: 1-4).
Este tema según lo presenta Pablo, es un asunto de Salvación. Así lo dice textualmente en el versículo dos.
Su enfática declaración es: “Cristo murió y resucitó conforme a las Escrituras AL TERCER DIA”.
Tercer día conforme a las Escrituras son tres días completos. Según Jesús son “tres días y tres noches” (Mateo 20:19 y 12:40).
En inspirada armonía Marcos dice que Jesús resucitó “después de tres días” (Marcos 8:31).
En el libro de Esther (4:16 y 5:1), hay una prueba fehaciente de que “tercer día” son tres días completos (cada día con su noche). Si ésto es así, entonces el Señor Jesucristo ni murió en viernes, ni resucitó en Domingo. Por la muy elemental razón, de que del Viernes en la tarde al amanecer del Domingo, no hay tres días y tres noches, pero si se insiste en que él murió en viernes, entonces debió resucitar el lunes por la tarde, al cumplirse los tres días y las tres noches predichos por él mismo.

Juan 19:31 UN PASAJE CLAVE

Historia, doctrina, cronología, semántica hermenéutica, ley y verdad. Todo ésto hay en éste magnífico pasaje. No es extraño entonces que los intérpretes no lo hayan entendido y por el contrario, les haya sido piedra de tropiezo. Y así, sobre éste pasaje descansa toda la idea de que Jesús murió en viernes, porque dice: “era la preparación de la Pascua” y no debían de permanecer los cuerpos de los crucificados en Sábado sin ser quitados de la cruz. Sin embargo, hay cosas que éste pasaje no dice y otras que dice pero que no son como de ordinario se cree. Todo ésto lo veremos aquí.

NI VISPERA NI PASCUA

EXÉGESIS “Era la víspera de la pascua”, la παραδκενε (o paraskeue), “la preparación de la pascua”. La primera frase es de la versión antigua y la segunda, de la versión del año 60, pero ambas son incorrectas, pues ni “víspera” ni “pascua” se encuentran en el texto griego, ya que son una añadidura de los traductores que creyeron que su interpretación del caso era correcta sin serlo como lo veremos enseguida.
El texto griego dice solamente: “era preparación” ¿De qué? Se ha supuesto que de la Pascua, mas recuérdese que se ha establecido que Jesús murió el 14 de Nizán en plena Pascua, misma que empezó al finalizar la tarde del día 13 conforme a la hora de principio de los días en Israel, 21 horas antes de la muerte del Señor. Por lo que la preparación de la Pascua debió ser 24 horas antes de los sucesos de Juan 19:31.
¿A qué preparación se refiere entonces Juan?. Es bien sabido que, al terminar la Pascua se iniciaba con un solemne sábado la fiesta de los ásimos, en la cual, durante siete días se comía pan sin levadura, concluyendo esta fiesta con otro Gran sábado el 21 de Nizán. Esto era un mandato de ley que se encuentra dictado en (Éxodo 12:15-17) y (Levítico 23:6-8). Estos sábados o días de reposo eran de los siete sábados ordenados así: “Además de los sábados de Jehová” que eran los sábados ordinarios de cada semana, (Levítico 23:38,39). Es evidente entonces que el sábado a que se refiere Juan no es el séptimo día de la semana sino el primer sábado solemne del año, siendo la preparación de éste “mega día” (como lo llama Juan), la que se estaba llevando a efecto cuando el Señor fue bajado de la cruz.
Recuérdese que el Señor tomó la Pascua la noche anterior a su sacrificio.

LOS SIETE SABADOS SOLEMNES

La fiesta de los ásimos con dos sábados. La fiesta de la cosecha o Pentecostés, la fiesta de las trompetas o año nuevo que hasta hoy los Judíos celebran por el mes de Septiembre. EL YOM KIPUR o día de las expiaciones mejor conocido como el “día del perdón”. Y por último, la Fiesta de las Cabañas o Tabernáculos también con dos sábados: el primero y el octavo día. Estos son los siete sábados solemnes ordenados para celebrarse en el día que cayeran como sábados o días de reposo. De éstos sin duda el más grande e importante para los Judíos era el primero por ser el día de LA LIBERACIÓN DE ISRAEL de la esclavitud de Egipto. (Éxodo 12:17). Estos sábados no se celebraban en el sábado de la semana sino en la fecha en que caían. Esto nos lleva a la pregunta: ¿En qué día cayó aquel sábado 15 de Nizán mencionado en (Juan 19:31)?. La respuesta está en tres pasajes que lo ubican sin lugar a dudas, (Lucas 23:54), (Marcos 16:1) y (Mateo 28:1).

UN EVENTO ENTRE DOS SABADOS

Según Lucas, las mujeres que pretendieron ungir el cuerpo de Jesús compraron para el efecto “DROGAS Y UNGUENTOS” antes del sábado del mandamiento o séptimo día de la semana (el del cuarto mandamiento). Pero Marcos nos dice que las compraron cuando “pasó el sábado”. ¿Quién se equivocó?, Ninguno, porque los dos dijeron la verdad, lo que pasa es que Marcos se refiere AL GRAN SABADO DE ASIMOS, y Lucas al sábado semanal. A la vez ambos se refieren al viernes como el día en que se compraron las drogas. Esto nos dice que el sábado de los ásimos fue jueves y el día de la preparación fue miércoles sin duda alguna. Este es el día de la muerte del Señor, miércoles y no viernes como se ha creído.
Pero ahora viene Mateo como tercer testigo de aquellos hechos y nos dice οΦε δαββατον, “ofé sabbaton, “Al final de los sábados”, que erróneamente se ha traducido: “Pasado el día de reposo”. Es curioso que la palabra sábado esté en plural, ¿Por qué? Porque Mateo se refiere a los dos sábados que habían pasado, el de los ásimos y el del decálogo y que allí terminaban, con lo cuál nos deja saber que en la tarde o fin del Sábado, el Señor ya no estaba en la tumba “porque ha resucitado”, dijo el ángel a las mujeres, (Mateo 28:6). El sistema actual de principio y fin de los días a media noche, no existía. En el tiempo de Cristo, los días se contaban “de tarde a tarde”. (Levítico 23:32).

LA HORA EXACTA Y DEL DIA DE LA RESURRECCIÓN

Es Lucas quien nos da el importante dato de la hora en que Jesús fue sepultado: “…Y estaba para rayar el Sábado”. (Lucas 23:54).
Significa que estaba corriendo la última hora del miércoles 14 de Nizán, y “tres días y tres noches” después, nos llevan a la misma hora del sábado cuando también estaba para rayar el primer día de la semana o Domingo.

CONCLUSIONES

Jesucristo murió “conforme a las escrituras”, el miércoles 14 de Nizán en la tarde del día de la pascua Judía del año 30 de esta era. Resucitó “conforme a las escrituras”, en la última hora del Sábado 17 de Nizán tres días y tres noches después de ser sepultado de acuerdo con su propia predicción.
El “viernes santo” y “el domingo de resurrección”, no tienen base bíblica y se han sustentado en una interpretación superficial que no toma en cuenta las bases escriturales del texto sagrado.
Los estudiantes de la Biblia saben que el versículo de (Marcos 16:9) que algunos toman como prueba de la resurrección en Domingo no se refiere al tiempo de la resurrección sino al tiempo en que se apareció primero en ese día a María Magdalena. De otro modo estaría en contradicción con los pasajes aquí expuestos. Además, siempre se ha sabido que los versículos 9 al 16 de ese capítulo, no los escribió Marcos, sino que son una interpolación posterior de una mano desconocida, por lo que no pueden ser base para sostener ningún punto de fé.

UNA INTERPOLACIÓN FLAGRANTE

Tanto la Biblia de estudio Mundo Hispano, como la versión Moderna de Pratt, asientan en su referencia, que “El final del libro 9-20 no se halla en los MSS griegos más antiguos”. Y la versión actualizada en su comentario del versículo 8 dice: “Los manuscritos más antiguos terminan el evangelio aquí.

VERSIONES QUE MUESTRAN LA VERDAD

(Mateo 28:1), lo traducen así algunos versionistas: “La víspera de sábado…” (Valera versión de 1919). “En el fin del sábado…” (Cipriano de Valera corregida y revisada en 1899). “Tarde del sábado, empezando a brillar hacia el primer día de la semana”. (Comentario de la versión de Bonnet). “In the end of Sabbath…” “En el fin del sábado…” (Versión Del Rey Jaime en inglés), etc. Todo ésto nos hace ver que el Señor resucitó dentro del sábado, en su parte final por la tarde y no después de que “pasó el sábado”, según los ajustes que los revisores modernos le han hecho al versículo.
(Marcos 16), (Lucas 24) y (Juan capítulo 20), que se citan también en apoyo de la resurrección en Domingo, sólo nos ofrecen el relato de una tumba vacía, pues ninguno de los que visitaron el sepulcro en ese día, encontró a Jesús allí. Esto corrobora el relato de Mateo sobre la resurrección del Señor en la tarde del sábado.
AMEN.



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La Resurrección






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No es salir de la tumba, sino algo glorioso!

El concepto judaico de la resurrección es tan fuerte,que a pesar de que Jesús lo objetó y lo rectificó,éste se mantuvo y penetró en los ámbitos de la cristiandad donde aún perdura invicto en la declaración de fé de todas las denominaciones.
No obstante; las declaraciones del mensajero divino de la verdad, fueron contundentes,claras y determinantes, sobre el significado verdadero de la resurrección.

EL CONCEPTO TRADICIONAL

El mal llamado "Credo Apostólico" aceptado por la cristiandad reza así: "Creo en la resurrección de la carne...". Creer en la resurrección de la carne implica:
1.- Creer que los cuerpos serán rescatados de la fosa sepulcral.
2.– Que el polvo se transformará en carne, huesos y nervios;
3.– Que los muertos volverán a la vida física.
4.-Que los resucitados regresarán en la misma condición humana, pero incorruptible.
5.-Implica también que las almas ó espíritus de los difuntos, dejarán el cielo, el infierno o el purgatorio dónde ahora están (?), para venir a resucitar en éste mundo.
6.– Que la resurrección será en el fin, a la venida de Cristo.
7.– Que resucitarán justos y pecadores.
8.- Y que todos comparecerán en ésta condición al juicio final.

Por ventura, por gracia y voluntad de Dios, ninguna de éstas ideas se realizará, por no ser verdades de Cristo; como lo veremos en la palabra de Dios.

EL CONCEPTO DE JESUCRISTO

a) En objeción a la vieja idea expresada por Martha “Yo sé que resucitaré en la resurrección en el día postrero” Jesús definió: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquél que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿crees ésto?”. (Juan 11:25-26).
Aquí Jesús nos dice que la resurrección no es un evento o un suceso en el futuro. Que no es levantarse de la tumba, ni regresar del cielo ó de algún otro sitio. Nos está diciendo que la resurrección ya había llegado, que estaba allí. Que no tenemos que esperar para obtenerla, que quién cree en Él no morirá y por lo tanto no tiene necesidad de una resurrección futura. Nos dice con toda la fuerza de su saber y de su amor divino, que la resurrección es Él.
Entendido ésto; todo lo demás pierde sentido y la resurrección en Cristo adquiere todo su esplendor, realidad y magnificencia espiritual, porque ahora es suficiente creer en Jesús para vivir y no morir por la eternidad. Esto es suficiente para pasar de muerte a vida. Esta verdad totalmente desconocida hasta ese momento, sacudió toda la creencia de Martha, por eso Jesús pregunta ¿crees ésto?

¿QUE SIGNIFICADO TIENE ESTO PARA TI Y PARA MI?

PARA TÍ AMADO LECTOR; SIGNIFICA QUE SI EN ÉSTE MOMENTO ACEPTAS A JESÚS Y CREES EN ÉL COMO TU ÚNICO Y SUFICIENTE SALVADOR, EN ÉSTE MISMO MOMENTO OBTIENES LA RESURRECCIÓN, PASAS DE MUERTE A VIDA Y NO PUEDES MÁS MORIR, POR LO QUE NO NECESITAS OTRA RESURRECCIÓN EN TU CARNE, PUES PARA LOS QUE YA RESUCITARON EN CRISTO, MORIR EN LA CARNE ES SOLAMENTE GANANCIA.
La comprobación de todo ésto la encuentras en los siguientes pasajes bíblicos: (Juan 5:24 y 8:51; Lucas 20:36-37 y Filipenses 1:21).
¿Puedes tú creer ésto? o ¿te aferrarás a la vieja y obsoleta idea que Martha y todos los judíos tenían, y que ahora todas las iglesias enseñan y creen? ¿Qué tomarás para vivir? ¿La doctrina judía o la verdad de AQUEL QUE ES LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA?
¡Podrás decirte cristiano creyendo lo que Jesús no enseñó ni aceptó?.
b) Jesús enfrentó dos conceptos, el de los Fariseos expuesto claramente por Martha, y el de los Saduceos que negaban que hubiese resurrección. Estos últimos presentaron a Jesús un argumento que rebatía el concepto Fariseo. Vea (Mateo 22:23-33; Marcos 12:18-27; Lucas 20:27-38).
Jesucristo no era Fariseo y postuló en sus respuestas una serie de nuevos conceptos que tanto Fariseos como Saduceos jamás habían oído. Estas son “LAS BUENAS NUEVAS” del evangelio.

¿CÓMO Y CUÁNDO ES LA RESURRECCIÓN?

1o.– Jesús dejó bien sentado que Fariseos y Saduceos ignoraban la acción del poder de Dios y desconocían las Escrituras que ellos pretendían saber e interpretar. “Erráis ignorando las Escrituras y el Poder de Dios”. “ No erráis por eso, porque no sabéis las escrituras ni la potencia de Dios...Así que vosotros mucho erráis”. Con ésto el Señor dejó claro que el concepto judío de la resurrección no estaba basado en el texto de las Escrituras, las que los mismos doctores de la Ley no entendían (1a Timoteo 1:7).
2o.– En la resurrección los hijos de Dios son asexuales y no tienen necesidad de casarse ni de reproducirse. Esto es indicativo de que la resurrección de la carne es algo que choca con el Evangelio de Cristo.
3o.- “No pueden ya más morir”, la idea de obtener la inmortalidad en vida, no cabía, ni cabe en la mentalidad religiosa. Se piensa que la vida eterna se obtendrá solamente después de morir y resucitar del sepulcro en el último día, pero Jesús ofreció que usted puede echar mano de la vida eterna aquí y hoy. Óigalo decir: “EL QUE OYE MI PALABRA Y CREE AL QUE ME HA ENVIADO, TIENE VIDA ETERNA Y NO VENDRÁ A JUICIO, MAS PASÓ DE MUERTE A VIDA.” (Juan 5:24).
“De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mí palabra no morirá jamás” (Juan 8:51).
“EL QUE VIVE EN MÍ Y CREE EN MÍ, NO MORIRÁ JAMÁS” (Juan 11:26)
“YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA, Y PARA QUE LA TENGAN EN ABUNDANCIA” (Juan 10:10).
Y en el Apocalipsis nos dice que la segunda muerte (la muerte de la carne) “NO TIENE PODER SOBRE LOS QUE YA TIENEN LA PRIMERA RESURRECCIÓN”. Ésta resurrección, como ya vimos; es la que Jesús concede al momento de creer en Él (Apocalipsis 20:6 y 2:11).
4o.- “Son iguales a los ángeles”, “Son como los ángeles de Dios EN EL CIELO”. Aquí el Señor reveló tres cosas; la naturaleza espiritual de la resurrección que nos hace iguales a los ángeles. EL CIELO como destino de los resucitados y todo ésto ya vigente y sucediendo desde sus días como hombre; "SON COMO LOS ANGELES", es tiempo presente y no en el futuro como todos creen. Ésto es algo que por nuevo, (ya que evangelio es buenas nuevas) todos ignoran, aunque también en nuestros días resulta insólito por causa de los conceptos arcaicos que la religión sigue mezclando con la doctrina de Jesucristo.
5o.- “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Ésto lo dijo el Señor para probar la realidad de la resurrección y se refirió a Abraham, Isaac y Jacob, como vivos y participantes de la resurrección. Con ésto nos enseñó la actualidad de la resurrección, su realidad presente y espiritual, totalmente oculta a los ojos y sentidos de la carne.
Ésta es la doctrina de la resurrección a la que Jesús se refirió, diciendo: “En verdad, os digo, que el que oye mí palabra y cree en mí...pasó de muerte a vida”. Y lo que los Fariseos o Saduceos o Pablo o la Iglesia digan; debe ser entendido o interpretado de acuerdo a lo dicho por Jesús. Porque Él “es el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
Ésto significa que su voz es determinante y concluyente, porque nadie, solamente Él es la verdad.

EL ÉNFASIS DE QUE LA RESURRECCIÓN ES AHORA

Ésta resurrección o “ESTE PARTIR DEL CUERPO”, está expresado en tiempo presente a partir del dicho del Señor al ladrón: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43) y enfatizado por el apóstol en el capítulo de la resurrección (1a Corintios 15) “¿Cómo dicen algunos que no hay resurrección de muertos?” (verso 12) “SI NO HAY resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó” (verso 13) “...sí en verdad los muertos no resucitan…” (verso 32) “Así también ES LA RESURRECCIÓN” (verso 42).
Usted puede ver que todo está en presente, como algo vigente y en acción y desarrollo, haciéndonos ver que Pablo concebía así el tiempo y realidad de la resurrección, mientras que Himeneo y Fileto creían que era cosa anterior a lo que Pablo enseñaba.
Mientras Pablo escribía, la resurrección estaba ocurriendo. El dijo a los Romanos: “Dios da vida a los muertos” (Romanos 4:17) En su defensa él exclamó: “¿Júzgase increíble entre vosotros que Dios RESUCITE LOS MUERTOS? (Hechos 26:8) Para Pablo la resurrección era “dejar el cuerpo” (2a Corintios 5:6) o “Partir del cuerpo”. Pedro pensaba igual: “Tengo que dejar mí tabernáculo” (su cuerpo) (2a Pedro 1:13-14) Juan dijo que los que mueren en el Señor, “..sus obras los van siguiendo.” (Apocalipsis 14:13) Y Pablo aseguró que los que duermen en el Señor, Dios los lleva con Él por medio de Jesús. Él deseaba “ser desatado y estar con Cristo, lo cuál es mucho mejor” (Filipenses 1:23).

Éste es el significado de la resurrección según Jesucristo, tal como el Evangelio lo contiene.
La opción es de usted y de nadie más. Dios le ilumine.



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El Cumplimiento Profético






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Las Profecías perdidas que no se cumplirán!

¡TODO ESTá CUMPLIDO!
Todas las profecías del Antiguo Testamento han sido cumplidas; El Hijo de Dios vino para cumplir todas las cosas. “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido a abrogar, sino a cumplir.” (Mateo 5:17)
Este “cumplir”, no es obedecer como los que viven todavía bajo la ley interpretan, sino darle cumplimiento, o hacer realidad lo que de él dijeron la ley y los profetas. Tal y como Lucas relata que el propio Jesús lo dijo: “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalem, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.” (Lucas 18:31)
Y Juan lo dice así: “Después de ésto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo: para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed". (Juan 19:28)
“Porque os digo que es necesario que cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, cumplimiento tiene.” (Lucas 22:37)
“Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero lo pusieron en el sepulcro.” (Hechos 13:29)
“Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos.” (Lucas 24:44)
Y sí todo se cumplió, entonces no hay base escritural para creer que las profecías del Antiguo Testamento todavía deben cumplirse.

EL ESPíRITU DE LA PROFECíA
Jesucristo es el punto focal a dónde miraron todos los profetas, y en él se cumplió todo lo que ellos y la ley dijeron. El ángel le dijo a Juan: “Yo soy siervo contigo y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.” (Apocalipsis 19:10) Hay algunos “iluminados” que creen que el espíritu de la profecía es el don que ellos tienen para interpretar las profecías. Pero el espíritu de la profecía es lo más importante, lo esencial, que ella contiene y ésto es el testimonio de Jesús, es decir lo que la profecía nos dice de Jesús. Eso es el espíritu de la profecía.

LOS PROFETAS CALLARON
El último profeta del viejo pacto fue Juan, y con el se cerró la antigua dispensación.”Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron.” (Mateo 11.12) o como Lucas lo escribió: “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.” (Lucas 16:16). Desde entonces es la voz del Hijo la que nos habla de parte de Dios. “Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en éstos postreros días nos ha hablado por el Hijo...” (Hebreos 1:1,2). Todo el interés de los profetas se centró en Cristo y su tiempo (1 Pedro 1:10,11).
Algunos desposeídos del espíritu de la profecía piensan que las profecías todavía están en espera de cumplirse, pero Pedro los refuta diciendo: “Y todos los profetas desde Samuel y en adelante, todos los que han hablado han anunciado éstos días.” (Hechos 3:24). Y éstos días son los días de Cristo, llamados “era Cristiana.” El último evento predicho fue la muerte del Mesías y la destrucción de Jerusalem y el templo. (Daniel 9.26,27) Y aquí en éste punto dijo Jesús que quedarían cumplidas todas las cosas que estaban escritas. (Lucas 21:20-22) Y sí con la destrucción de Jerusalem quedó todo cumplido, querer que las profecías precristianas se cumplan todavía, no pasa de ser mas que una pobre pretensión.

COMO SE CUMPLIERON
Generalmente se ignora, que las profecías para cumplirse señalaban condiciones impuestas, que debían observarse tal y como se les dijo a los propios profetas. “Yo vaticinaré mal contra los malos, y bien para los que hicieren bien. Pero sí los malos dejaren el mal, yo no permitiré el cumplimiento del mal predicho. Y sí los que hacen el bien cambian al mal, el bien que les anuncié jamás vendrá.” (Jeremías 18:8 y 10). Isaías también lo dijo así: “Sí quisiéreis y oyéreis, comeréis el bien de la tierra. Sí no quisiéreis y fuéreis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.” (Isaías 1:19,20)
“Y ahora, mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y arrepentiráse Jehová del mal que había hablado contra vosotros.” (Jeremías 26:13)
¿Cuál de las dos formas se cumplió? Bien sabemos que Israel falló y no llenó las condiciones de la voluntad de Dios; por lo que en vez de cumplirse las profecías buenas, se cumplieron las malas tal y como Jesús lo ratificó: “Y caerán a filo de espada, y serán llevados a todas las naciones; y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.” (Lucas 21:24)
Así que los observadores de la ley, los milenaristas y los de filiación judaica, jamás verán el milenio ni las profecías de la restauración de Israel cumplidas.
Ellos presentan la recuperación de Israel como prueba del cumplimiento profético.
Sólo que ésto se ha logrado por los esfuerzos del nacionalismo Judío, logrando ser hoy una nación próspera, igual que lo han hecho muchas otras, tanto en África como en Asia, naciones que hace cien años no existían, ahora forman parte del mapa mundial del planeta y de las Naciones Unidas.
Israel hasta hoy sigue sufriendo el asedio de sus enemigos porque el vaticinio de mal sobre ellos sigue vigente. (Romanos 11:9,10)

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La Vida Eterna








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Se debe obtener hoy y ya no puede perderse!

¿Qué bien haré para tener la vida eterna? (Mateo 19:16). Esta fue la pregunta que un magnate apegado a la Ley le hizo a Cristo; pero no pudo pagar el precio indicado. -Dar todo lo que tenía- y seguir a Jesús.
¡Oh! si la vida eterna se pudiera comprar. Sí, es cierto que “Todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida” (Job 2:4), pero por la vida física, no por la vida eterna. Amamos lo finito y despreciamos lo eterno. "¡Cuán dificultosamente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!" (Lucas 18:24).
Por eso el Salvador predicó su evangelio a los pobres. (Mateo 11:5). Y para los pobres entre los que nos contamos tú y yo ¿Cómo es posible obtener la vida eterna?, la respuesta según consta en (Juan 3:16), es creer en el hijo de Dios.
El personalmente declaró ser “El camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). El vino para darnos la vida en abundancia (Juan 10:10). Antes de él la vida eterna era sólo promesa y esperanza (Tito 1:2). Más Jesucristo la hizo gloriosa realidad porque él es la vida eterna (1a. Juan 1:2). La vida eterna se manifestó con él (2a. Timoteo 1:10). Por eso, el que cree en él tiene vida eterna, quien no cree en él, no verá la vida (Juan 3:36). Mantenga en su mente la palabra “tiene” y vea como encaja con la frase de la primera carta de (Juan 5:11) “nos ha dado vida eterna”.
Sí, la vida eterna la tiene AHORA, quien tiene al hijo de Dios (1a Juan 5:12).
Los que esperan obtener la vida eterna hasta el fin del mundo, o después de la muerte, negando que HOY la poseemos YA, toman muy en poco lo que el propio Señor dijo de la potestad que recibió del Padre, para que diera vida eterna a los suyos (Juan 17:2).
El apóstol Juan escribió el evangelio y sus tres cartas, para que los creyentes supieran que ya tenían vida eterna; quien lo dude no ha leído la Biblia (Juan 20:31 y 1a. Juan 5:13). El que viene y cree en él y guarda su palabra, no morirá nunca (Juan 8:51 y 11:26), porque ya tiene vida eterna, o sea, que “pasó de muerte a vida” (Juan 5:24).
Cuando Jesús enseñó ésto, los judíos lo acusaban de tener demonios (Juan 11:52). Hoy, los “cristianos” de mentalidad judía y las iglesias que enseñan que las buenas obras son necesarias para lograr las promesas de Dios, se ríen de quien les dice: “Ya tengo vida eterna en Cristo”. Pensar así es estar contra Juan, contra la Biblia y contra el mismo Señor, que dijo: “En verdad, en verdad os digo: El que cree en mí, TIENE VIDA ETERNA" (Juan 6:47).
La vida eterna ya fue manifestada, el mandamiento es “echarle mano” (1a. Timoteo 6:12, 19). Amén.

REFLEXIONANDO

¿Quién no desea llegar a tener vida eterna? Se dice que hay quien ha ofrecido su alma al diablo, con tal de hacerse inmortal.
Los antiguos sabios buscaban la fuente de la eterna juventud. La ciencia actual investiga cómo prolongar la vida, detener la vejez y erradicar las enfermedades. Hay quien daría toda su fortuna por prolongar su juventud.
Ya vimos en la Biblia que un hombre muy rico, le preguntó al Señor: ¿Qué bien haré para tener la vida eterna?
Todo ésto indica que el anhelo de inmortalidad es muy fuerte e inherente a los humanos y que siempre lucharemos por alcanzarla.
El apego a la vida o el temor a la muerte, evidencian el ansia del hombre por la eternidad.
Y sin embargo, QUE CERCA ESTÁ de todos los seres humanos la eternidad. De hecho, la muerte física no es otra cosa que el paso a la eternidad misma.

Pero hay dos clases de eternidad:
Una gloriosa, espiritual, angélica, donde se nos dice que los hombres SON como los ángeles (Mateo 22:30); donde la maldad, la corrupción y lo dañino no existen (Mateo 6:20); en la que se alcanza el conocimiento perfecto (1 Corintios 13:12) y se llega a la semejanza de Dios (1a Juan 3:2). Donde los hombres pueden ser inmortales, nada menos que como los ángeles, semejantes a Dios, sin necesidades, sin problemas, con poderes inimaginables, sin la amenaza del futuro incierto, con el poder de desplazarse por el infinito con solo desearlo, conociendo la realidad de Dios y la verdad inefable de la dicha. En fin, la eternidad que se goza en la inenarrable dimensión de lo divino.

LA OTRA ETERNIDAD

La otra: La eternidad del no ser, de la aniquilación total, de las sombras, del olvido y de la perdición absoluta. Lo contrario del ser, del existir y de la vida. En conclusión, la muerte eterna e íntegra de lo que somos (Romanos. 6:23). Lo que nadie quiere ni desea.
¿Por qué entonces el hombre ha ido de fracaso en fracaso, en la búsqueda de la vida eterna?
Porque la quiere encontrar por sus propios medios y esfuerzos, sin creer que la eternidad es un don de Dios, condicionado a la fé y expresado en estas simples palabras: “En verdad, en verdad os digo: El que CREE EN MI TIENE VIDA ETERNA” (Juan 6:47). Que fácil, que sencillo es ésto, para el hombre de fé. Pero que difícil, que absurdo resulta para el incrédulo, para aquel que prefirió erigir la Torre de Babel, para llegar al cielo; para aquel que se formó dioses y religiones para salvarse; para aquel que acumula riquezas y quiere hacer obras como para comprar la eternidad; para aquel que construyó gigantescas pirámides y riquísimos templos para transmigrar por ellos a la eternidad; para aquel que en la ciencia cree que ha de encontrar la explicación de los misterios; para aquel que prefiere ser bueno y altruista y de conducta irreprochable, pensando que así será digno de merecer la gloria.
De todos éstos está escrito: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda la ciencia; y si tuviese toda la fé, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese toda mí hacienda, para dar de comer a pobres, y si entregase mí cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, nada soy y de nada me sirve” (1a. de Corintios. 13:1-5).
La caridad es el amor divino, el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor que nos da las virtudes y las cualidades, como cosa natural. No el amor ficticio que nos hace adoptar alguna cualidad, como medio de conseguir el fin que anhelamos.
Es el amor que nos hace entregarnos a la verdad de Dios y que nos da la fé, que es la sustancia de las cosas que se esperan, y la demostración de las cosas que no se ven (Hebreos 11:1). La fé que nos da la seguridad de que Dios es la fuente de la inmortalidad, y que nadie sino él la puede otorgar. La fé que nos da la seguridad que con palabras no se puede describir, la seguridad de que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su hijo (1a. Juan 5:11).
Así es como te puedo decir amado lector, que la vida inacabable solamente se obtiene del hijo de Dios; quien lo acepta, lo recibe y lo tiene, tiene la vida eterna. Quien no lo tiene, no tiene la vida (1a. Juan 5:12).
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

¿PUEDES TU CREERLO? De ello depende tu destino eterno.

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Alma y Espíritu





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Qué son y cómo saberlo?

¿Qué es el alma? ¿Es la sangre? ¿Es la persona? ¿Es el espíritu? ¿Es la conciencia? ¿Es el cuerpo y el espíritu? ¿Espíritu y alma son distintos?
En la Biblia no se encuentra el significado del alma y el espíritu claramente expuesto o definido. No obstante, la Biblia ofrece información indirecta, pero abundantísima, para establecer conclusiones sobre la significación de alma y espíritu. Si analizamos, clasificamos y agrupamos el material bíblico, nos sorprenderá encontrar algo muy distinto a lo que se cree sobre el tema.
Alma se deriva del hebreo Nephesh y del griego Psykhe. Espíritu viene del hebreo Ruah y del griego Pneuma. La igualdad entre alma y espíritu empieza desde aquí mismo, porque Nephesh, Ruah y Pneuma significan aire, viento, soplo.
Así veremos que tanto alma como espíritu designan las diferentes manifestaciones del ser y son equivalentes de un mismo elemento.

1) VIDA
Alma/Espíritu: Aire, viento, aliento, hálito, soplo vital, sangre.
Ejemplo 1: “derramó su alma hasta la muerte...” (Isaías 53:12 N.M., Job 27:3, Marcos 3:4 N.M., Mateo 10:39 N.M., Salmos 72:13, Lamentaciones 2:12, Levítico 17:14)
Ejemplo 2: “y alentó en nariz espíritu de vida; y fue el hombre en alma viviente” (Génesis 2:7, Juan 6:63, Salmos 104:29 y 146:4, Job 34:14 y 7:7, Salmos 78:39, Eclesiastés 12:7, Santiago 2:26, Lucas 8:55 y 23:46, Hechos 7:59)

2) MENTE
Alma/Espíritu: Intelecto, voluntad, conocimiento, pensamiento, razón. Facultades interiores abstractas.
Ejemplo 1: “Y en sus ALMAS las escribiré...” (Hebreos 10:16, Génesis 27:4 y 49:6, Salmos 13:2, Proverbios 19:2 y 20:27, Juan 10:24).
Ejemplo 2: “Y conoció Jesús en su espíritu lo que pensaban...” (Marcos 2:8, Colosenses 2:5, 1a Corintios 7:34, Mateo 26:41, Efesios 4:23, 1a Corintios 2:11, Romanos 8:16, 1a Corintios 16:18, Éxodo 35:21, Job 20:3, Ezequiel 11:5).

3) ÁNIMA
Alma/Espíritu: Sentimientos, pasiones, deseos, sensibilidad, vida animal o sensual.
Ejemplo 1: “Su alma está ligada a su alma (Génesis 44:30, 1a Samuel 18:1, Deuteronomio 12:15, Génesis 9:6, Job 10:1 y Apocalipsis 16:3)
Ejemplo 2: “Y fueron amargura de espíritu...” (Génesis 26:35, Números 5:14, Deuteronomio 2:30, 1a Reyes 21:5, Job 32:18, Salmos 51:17, Proverbios 16:32 y 29:11, Eclesiastés 3:21)

4) LO INCORPOREO Y EXTERNO
Alma/Espíritu: Sentido espiritual, celeste, angelical, divino, invisible, inefable.
Ejemplo 1: “No dejarás mí alma en el sepulcro” (Salmos 16:10, Revelación 20:4, Mateo 10:28, Santiago 1:21, 1a Pedro 2:11 y 1:9, Santiago 5:20).
Ejemplo 2: “En el cuál (espíritu) fué y predicó a los espíritus encarcelados” (1a Pedro 3:19, Job 4:15, Lucas 24:39, Juan 4:24, 1a Corintios 15:45, 1a Pedro 4:6 y Apocalipsis 4:2)

5) PERSONA (S)
Alma/Espíritu: Criaturas, individuos, seres, hombres (por extensión)
Ejemplo 1: “Con setenta almas bajaron a Egipto...” (Deuteronomio 10:22, Proverbios 11:30, Ezequiel 13:19, Ezequiel 18:4, etc.)
Ejemplo 2: “No creáis a todo espíritu...” (1a Juan 4:1, Hebreos 10:23, Malaquías 2:15, Job 4:16)

6) CORAZÓN
Alma/Espíritu: Significado alegórico.
Ejemplo 1: “La roca de mí corazón es Dios” (Salmos 73:26, Jeremías 4:19, Hechos 4:32)
Ejemplo 2: “Ofuscados en sus corazones...” (Marcos 6:52, Apocalipsis 2:23)

7) ACEPCIONES DIVERSAS

Alma > Misericordia, compasión (Isaías 58:10); el cuerpo, la carne (Isaías 58:5); el vientre (Proverbios 13:25, etc.)
Espíritu > Voz o habla (Salmos 135:17); carácter, índole, naturaleza (Lucas 9:55 y Ezequiel 36:26 y 27); ideal, objetivo (Ezequiel 37:9,10); espiritualidad, espíritu, mente (Juan 4:23 y 6:63); malicia (1a Corintios 2:12); esencia, significación, propósito (Apocalipsis 19:10)
En la primera acepción de vida vemos que el soplo Rhua (espíritu) de vida, dio origen y vida al alma, o sea que el espíritu invisible y abstracto tomó forma y manifestación plena en el alma y nació el hombre.

EVIDENCIAS DE IDENTIDAD
“Todo el tiempo que mí alma estuviere en mí y hubiere hálito de vida en mis narices” (Job 27:3) Cuando se habla de alma y espíritu, o alma y conciencia, son redundancias enfáticas o hebraísmos usados para enfatizar la misma cosa, no para distinguir dos cosas distintas. Ejemplo: “En su mano está el alma de todo viviente y el espíritu de toda carne humana” (Job. 12:10) Con ambas cosas se hace énfasis sobre la vida. Este es el caso de (Hebreos 4:12) “Alma y espíritu” V.N.M. Igual que en (Apocalipsis 1:6) “Dios y su Padre”.
“Con mí alma te he deseado... y en tanto me durare el espíritu...” (Isaías 26:9). Muy común es encontrar pasajes como éste (1a Samuel 1:15, Job 7:11), en que al alma se asigna la parte sensible y al espíritu la parte intelectual; no obstante ser el mismo elemento de índole interno, invisible y abstracto. A través del cerebro se manifiesta la mente (Psykhe), lo mismo que el dolor.

ANALOGÍAS
“Los deseos carnales que batallan contra el alma” (1a Pedro 2:11) “La carne codicia contra el espíritu y el espíritu contra la carne...” (Gálatas 5:17)
“Hacer vivir el espíritu de los humildes...” (Isaías 57:15) “Oídme y vivirá vuestra alma...” (Isaías 55:3)
“Y al salírsele el alma, murió..." (Génesis 35:18) “Y exhaló el espíritu y murió...” (Génesis 35:29)
“Y el alma del niño volvió a sus entrañas y revivió” (1a Reyes 17:22) “Y entonces su espíritu volvió y se sentó luego...” (Lucas 8:55)
“Mi alma se alegrará en mí Dios...” (Isaías 61:10) “Mi espíritu se alegró en Dios...” (Lucas 1:47)
“Su alma aún está en él...” (Hechos 20:10) “Les quitas el espíritu...” (Salmos 104:29)
“El alma y el espíritu se trabajan y fatigan...” (1a Samuel 1:15 y Mateo 11:29)
“Mi espíritu fue turbado...” (Daniel 7:15) “Está turbada mí alma” (Juan. 12:27)

ESPIRITU IGUAL A ALMA
“Formas el espíritu del hombre dentro de él” (Zacarías 12:1)
Lo que se forma es el alma con el espíritu que Dios envía (Génesis 2:7 y Salmos 104:30)

ALMA IGUAL A ESPIRITU
“Cual es su pensamiento en su alma, tal es él” (Proverbios 23:7 y Mateo 10:28)
Espíritu (alma) y cuerpo; o espíritu y materia forman el ser. El ser visible es alma; el ser invisible es espíritu. Hay solo una dualidad de elementos: espíritu o alma / cuerpo-materia. Al espíritu se le llama alma o viceversa, con la misma propiedad con que al cuerpo se le llama carne o viceversa. El único pasaje en que se fundan los que, de acuerdo con Platón, creen que el hombre es un ser trino, es (1a Tesalonicenses 5:23) y debe entenderse de acuerdo al contexto de las escrituras así: “Que el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu (el espíritu de la hermandad o iglesia que debe ser salvado o preservado del mal (1a Corintios 5:5) alma y cuerpo, sea guardado entero, sin mácula...” “Que estén firmes con un mismo espíritu, con una misma alma...” (Filipenses 1:27 N.M.) Amén.



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El Destino Eterno






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¿Dónde?¿En el Cielo ó en la Tierra?

Muchos son reacios a creer en el cielo por diversas causas, quizá porque sienten un apego muy terrenal por éste mundo. Como dijera Pablo: “Que sienten lo terreno.” Hay inclusive denominaciones que enseñan y tienen como esperanza, la idea de que ya sea el milenio o la eternidad la deben gozar sobre la tierra.
Hay quienes nos pintan escenarios maravillosos de jardines y huertos exuberantes con una fauna de naturaleza pacífica y doméstica. Pero ésto no es la esperanza que desde los patriarcas hasta hoy tienen los “que son de la fé de Jesús.” Se hace creer a los fieles que no hay en la biblia ningún versículo que sustente la doctrina del destino celestial. O como lo dicen ellos: “La biblia no habla de la ida al cielo.”
Desde luego que quienes no han leído bien la biblia son susceptibles de creer tal embuste. Por lo cual iniciamos el tema con varios versículos demoledores de tal desacierto:

JESúS ABRIó EL CIELO
“De cierto, de cierto os digo; De aquí adelante veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre.” (Juan 1:51)
El divino maestro enseñó a sus discípulos que él es el camino para ir al Padre. “Y sabéis a donde voy y sabéis el camino... Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí.” (Juan 14: 4-6)
“Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo: Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec” (Hebreos 6:18-20)
Jesús es el camino para ir al cielo y no hay otro, y se nos dice que en ésto de la promesa del cielo, Dios no puede mentir, por lo que tal promesa es firme y segura como un ancla fijada dentro del mismo cielo, donde entró Jesús como precursor. O sea que el Señor fue el que entró por delante de cuántos ahora han llegado al “Monte de Sión” por el camino nuevo y vivo que el nos consagró.

EL SANTUARIO
En éste libro de los Hebreos se habla del cielo en la figura del Santuario y se establece la diferencia entre el santuario terreno y el celestial. “Tenemos tal sumo sacerdote que se asentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos. Ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó y no hombre.” (Hebreos 8:1,2)
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Hebreos 4:14)
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo; para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.” (Hebreos 9:24)
“Dando en ésto a entender el Espíritu Santo, que aún no estaba descubierto el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.” (Hebreos 9:8)
“Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo. Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo ésto es por su carne. Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios; lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fé, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.” (Hebreos 9:19-22)
Estos versículos no necesitan comentarios.

LA PATRIA CELESTIAL
Los antiguos Padres de la fé ya tenían ésta esperanza, y el autor de Hebreos lo reseñó así: “Conforme a la fé murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra. Porque los que ésto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria. Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tendrían tiempo para volverse. Empero buscaban la mejor es saber la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les había preparado ciudad.” (Hebreos 11:13-16)
Dígame Ud. si la biblia no habla de “la ida a cielo”, como dicen algunos “que se recrean en sus errores”.

OTRAS EVIDENCIAS
Y a manera de delicioso postre, le ofrecemos los siguientes pasajes gloriosos. Jesús dijo que en el cielo seremos como los ángeles. (Mateo 22:30)
La iglesia es llamada “Jerusalem la celestial”, “La Jerusalem de arriba”. (Hebreos 12:22 y Gálatas 4:26)
La familia de Dios está tanto en la tierra como en los cielos. (Efesios 3:15)
Al morir: Dios por medio de Jesús nos hará llegar hasta él. (1a Tesalonicenses 4:14)
Ir a Dios y presentarse ante él era el anhelo de Pablo. (2a Corintios 5:8 y Filipenses 1:23).
La recompensa nos espera en los cielos. (Mateo 5:12)
Amén.



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El Día del Señor






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No es el Sábado ni el Domingo!

En la información que se contiene en la biblia, el día del Señor no es ni el Sábado ni el Domingo, sino un día profético, que no es de 24 horas sino que constituye toda una edad.
Zacarías nos dice que no es un día natural sino extraordinario y diferente: “Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Y será un día, el cual es conocido de Jehová, que ni será día ni noche.” (Zacarías 14:6,7)

DíA DE CONTRASTES
Este es el día Mesiánico lleno de maravillas y portentos que no pudieron suceder en un día de 24 horas. Este insólito día es la era cristiana que ya lleva 20 siglos y que a nosotros nos ha tocado vivir para ser testigos de lo terrible y lo glorioso de éste tiempo en el que la perdición y la salvación son la realidad que ya no nos asombra, pero que si algún profeta o apóstol tuviera la permisión de verlo, sin duda quedaría mudo de asombro.
A Juan le fué concedido verlo y describirlo pero nada más en figuras aunque podemos decir que todo lo que le fué revelado sucede en éste asombroso día. “Yo fuí en espíritu en el día del Señor.” Así reza la versión Reina Valera. “Yo estaba en espíritu en el día del Señor.” Dice ahora la versión de uso común. Ambas mal traducidas. Bonnet Traduce: “Yo vine a estar en espíritu en el día del Señor.” La versión del Nuevo Mundo asienta:“Por inspiración vine a estar en el día del Señor.” La diferencia nos hace ver que Juan no se refiere ni al sábado ni al domingo como algunos han querido ver.
Bonnet refiere que cierto exégeta traduce: “Yo fuí transportado en espíritu al día del Señor.” Por lo que toda la revelación del Apocalipsis se refiere a lo que habría de acontecer en éste día, en el que ahora nosotros como protagonistas y testigos podemos decir: ¡En verdad, que grande, maravilloso y terrible es éste día!

SU MULTIFORME DESCRIPCIóN
Todas las escrituras nos hablan de éste día, pero se le describe de acuerdo con lo que en él sucedería.
Es el día del poder divino: (Salmo 110:3).
Cuando los profetas lo anunciaron, sólo Dios lo conocía. (Zacarías 14:7).
Jesús lo denominó como el AHORA en que se realizaría el juicio del mundo. Por lo que podemos decir que éste es el verdadero “día del Juicio.” (Juan 12:31).
Es el día determinado por el Señor para juzgar al mundo con Justicia por él mismo. (Hechos 17:31).
Pedro lo llama “El día del Señor” y “El día de Dios”. (2a Pedro 3:10,12).
Según Pablo es el “día de nuestro Señor Jesucristo.” (1a Corintios 1:8). Y más adelante nos dice que es “El día de la salvación.” (2a Pedro 6:2).
“Entre tanto que se dice hoy.” Esta frase de (Hebreos 3:13) nos habla del gran día, como algo vigente pero que habrá de terminar; por lo que es el tiempo aceptable que debemos aprovechar.
Es también “El día de la ira” (Romanos 2:5) comparado con el (Romanos 1:18).
El día que el salvador llamó “mi día” y que Abraham pudo ver lleno de gozo. (Juan 8:56).
Este es el día en que nuestro salvador se ha hecho admirable. (2a Tesalonicenses 1:10).
Es el tercer día de la resurrección. (Oseas 6:2)
Malaquías lo describe como “El día ardiente como un horno.” diciéndonos que al mismo tiempo que los impíos arden como estopa, los temerosos de Dios encuentran salvación y saltan de gozo. (Oseas 4:1-3).
En éste día Jesús se entroniza sobre toda la tierra. (Zacarías 14:9).
En el Apocalipsis el gran día es hora, mes y año. (Apocalipsis 9:15).
El gran día grande y terrible de (Joel 2:11).
Día de la venganza de Dios. (Isaías 61:2 y 63:4).
El día en que brotarían las aguas vivas de la salvación. (Zacarías 14:8).
Y todo lo que falta de lo que se dice, del maravilloso y terrible día del Señor.
Este día fue hecho mucho después del sábado, 400 años antes de Cristo, Malaquías dijo: “El día que yo tengo de hacer.” Así que el Señor lo haría cuando viniere. (Malaquías 3:17)
“El día que yo hago... Yo envío a Elías, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.” (Malaquías 4:3,5)
Con ésta última profecía se cerró el Antiguo Testamento. Y ahora sabemos que Elías ya vino. (Mateo 11:14).
Y Pablo sabiéndolo y mirando llegar la alborada de éste día dijo así: “La noche está muy avanzada y el día se acerca...” (Romanos 13:12).
Todo lo bueno y lo malo predicho para los hombres se ha cumplido y se sigue cumpliendo ante los ojos de la indiferente humanidad a la que ya nada de lo que pasa le impresiona, a pesar de que ahora hay cosas que nuestros abuelos ni siquiera soñaron. Daniel oyó decir que: "...hasta el tiempo del cumplimiento, pasarían muchos y la ciencia se multiplicaría.” (Daniel 12:4) y ésto es hoy realidad indubitable. Juan recorrió éste día recibiendo la revelación; y aunque no la entendió, la asentó fielmente porque sabía que era para manifestar a los siervos de Dios lo que había de suceder “Presto”. (Apocalipsis 1:1)

EL SáBADO Y EL DOMINGO
Jesús dijo: "El Hijo del hombre es Señor aún del sábado.” (Marcos 2:28) O sea que Jesús es también Señor del sábado, o sea su dueño, su creador, igual que lo es de todo cuanto existe, él es el Señor de todo, porque “todo fue criado por él y para él.” (Colosenses 1:16) Si él es Señor del sábado, pero también lo es del lunes, del domingo y de cualquier otro día. o, ¿No es así?
Respecto al domingo que muchos también tienen como día del Señor; lo creen así porque les han enseñado que Cristo resucitó en domingo. Lo cual no es así, porque según la traducción correcta de (Mateo 28:1), el Señor resucitó la tarde del sábado y no después, ni pasado el sábado como dicen las biblias manipuladas por el Anticristo.
Cuando Jesús dijo: “En aquel día pediréis en mí nombre...” (Juan 16:26) ¿Se refería al sábado o al domingo? ¿Lo sabe ud.? ¿Lo intuye? ¿Puede decirlo?



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El Nacimiento de Cristo






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No fué en Diciembre ni en Invierno!

JESÚS NO NACIÓ EN DICIEMBRE El Apóstol Lucas escribió su evangelio con éste propósito: “Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido enseñado.” (Lucas 1:4)
E inicia su bien documentada historia con el nacimiento del Salvador.
Él es quien nos da la clave para rescatar ahora el tiempo del nacimiento del Rey de reyes. En el versículo 5 nos dice que el sacerdote Zacarías que oficiaba por aquellos días, pertenecía a la suerte de Abías. ¿Quién fue Abías y cuál era su suerte? La respuesta nos lleva a los días del rey David, cuando éste organizó y estableció el orden sacerdotal, lo cual se describe en el libro primero de las Crónicas Capítulo 24, y que dice en los versículos 1 al 10; que David encontró 24 varones herederos legítimos del Sacerdocio Levítico, a los cuales les asignó mediante sorteo sus respectivos turnos para oficiar, éstos 24 turnos se ejercían durante el año, correspondiéndole 15 días de oficio a cada sacerdote. Según se puede leer a Abías le tocó la octava suerte o turno.
Volviendo a la narración de Lucas, en el verso 8 podemos ver que el orden establecido por el Rey David, se había preservado en el servicio sacerdotal, y a Zacarías le tocó oficiar “Por el orden de su vez”, o sea en la octava quincena correspondiente a la suerte de Abías.

AQUEL TIEMPO Y AHORA
Cuando Jesús nació, el calendario de los Judíos estaba vigente, y según se ordenó a Moisés en Éxodo cap. 12, el año debía comenzar con el mes de Nizán, mes que a su vez se inicia con el equinoccio de primavera el 21 de Marzo.
Esto coloca la primera suerte de los oficios sacerdotales en la segunda quincena de Marzo; y si de ahí contamos 8 quincenas, llegaremos a la primera quincena de Julio que corresponde a la suerte de Abías en la que Zacarías estaba oficiando según Lucas, que también nos dice que “cumplidos los días de su oficio, se vino a su casa. Y después de aquellos días concibió su mujer Elizabet...” (versos23,24) “Y al sexto mes, (de la concepción de Elizabet) el ángel Gabriel fue enviado... a una virgen desposada con un varón de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.” (versos 25-27).
Este ángel le anuncia a María que de ella nacería el Hijo de Dios, y le da la noticia de que también su parienta Elizabet, había concebido y de ésto era ya el sexto mes. María acepta (versículo.38) y en ese tiempo concibe. De la segunda quincena en que Elizabet concibe contamos a la anunciación del ángel Gabriel a María, llegamos a la segunda quincena de Enero en la que María concibe.

EL TIEMPO DE LA VIDA
Nueve meses es el tiempo normal de la vida intrauterina de los seres humanos, y Jesús nació como un ser humano normal. Por tanto si de la segunda quincena de Enero contamos nueve meses, el cómputo nos lleva la segunda quincena de Octubre, en donde según los registros bíblicos aquí descritos; Jesús el glorioso Hijo de Dios debió haber nacido.

EL 25 DE DICIEMBRE
Ahora todos saben ya que Jesús no nació el 25 de Diciembre; todos los medios de comunicación masiva lo han informado y la misma iglesia lo sabe, y sus voceros lo han dicho, señalando que el 25 de Diciembre es una fecha establecida por la iglesia como día del nacimiento de Cristo. Desde luego que lo que hemos visto en las dos páginas anteriores, ellos no lo saben, por lo que la fecha que eligieron, no sólo es arbitraria, sino distinta a lo que relata el evangelio.

EL ORIGEN DE LA NAVIDAD
El “Gran Diccionario Enciclopédico” dice así en el artículo NAVIDAD: -Desde el siglo IV la iglesia latina comenzó a celebrar la navidad el 25 de Diciembre, aunque no hay seguridad de que Jesucristo naciera en ese día.- Los Romanos habían caído en la adoración del dios Mitra de los Persas, cuyo nacimiento se celebraba el 25 de Diciembre. Y como la iglesia no podía quitarles tan arraigada costumbre, decidió incorporar la fecha a su calendario, para que en vez de que se celebrara el nacimiento de la deidad solar, la celebración se hiciera en honor del nacimiento de Cristo.
Así nació la navidad, vinculada a una festividad pagana y fijada en una fecha de origen y práctica idolátrica. El emperador Juliano y Liberio, Obispo de Roma (354) Fijaron la fecha del 25 de Diciembre como día del nacimiento de Cristo.
Si ésto se hizo en el siglo cuarto, quiere decir que durante los primeros tres siglos, los cristianos no celebraron ninguna navidad, y menos el 25 de Diciembre.
Porque ellos si conocieron el evangelio de Lucas.

¿PUEDE CORREGIRSE LA FECHA?
La Navidad del mundo inventada por la iglesia, no se corregirá nunca, es más fácil que se acabe la iglesia que la navidad. Dígame Ud. ¿Se pueden quitar las vacaciones de navidad? ¿Los aguinaldos, los regalos, las posadas, el ambiente festivo, Santa Claus, el arbolito de navidad, el día de reyes, la cena de navidad, la tremenda comercialización navideña, etc.etc.? ¿Se puede quitar todo ésto?
Ahora Ud. ya sabe cuando nació nuestro Señor y Salvador. Pero, ¿Lo cree? ¿Duda usted de lo que dice la Palabra de Dios? ¿Seguirá celebrando la navidad igual que todos? ¿Conoce las consecuencias de vivir en el error? ¿Piensa usted que es mejor hacerse ateo?
La verdad os hará libres, y esa verdad está ahí contenida en la Palabra de Dios, con toda la fuerza del poder divino para librarte de las cadena de la tradición de los hombres.
¿La aceptarás? ¿O seguirás igual?



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El Amor





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¡La más excelsa doctrina de Jesús!

"Carísimos, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. cualquiera que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor". (1 Juan 4:7,8).
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y el amor, éstos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (1a Corintios 13:13)
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros. En ésto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviéreis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34,35)
“Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él... En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor tiene pena. De dónde el que teme, no está perfecto en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano al cual ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos éste mandamiento de él: Que el que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1a Juan 4:16-21).
“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen: Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos e injustos. Porque si amaréis a los que os aman, ¿Qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si abrazaréis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis demás? ¿No hacen también así los gentiles? Sed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mateo 5:43-48)

GLOSA
Todo ésto y mucho más es lo que la palabra de Dios nos dice sobre el amor. Pero empecemos por la razón que nos ofrece para amarnos: “Carísimos; amémonos, porque el amor es de Dios.” De ser así, el que ama ha sido tocado por la mano de Dios, que ha puesto dentro de él un sentimiento venido de lo alto, que mejor dicho con las palabras de Pablo, se oye así: “Porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.” (Romanos 5:5)
Y así como los hijos heredan las características de sus padres, así los que aman se manifiestan como hijos de Dios, porque tienen esta cualidad particular que los hace parecerse a su Padre. “Cualquiera que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios.”

LO QUE PERMANECE
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y el amor... pero el mayor de ellos es el amor.” Si el amor permanece en el ahora del día del Señor, con ello se nos dice que ya existía y que será para siempre porque: “El amor nunca deja de ser...” (1a Corintios 13:8)

EL NUEVO MANDAMIENTO
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros...” Pero alguien dirá: ¿Cómo puede ser nuevo, si ya existía desde tiempos de Moisés? (Levítico 19:18) “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” a lo que Pedro hizo eco diciendo: “La palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.” (1a Pedro 1:23).
La palabra de Dios no envejece, igual que su misericordia es nueva cada mañana. (Lamentaciones 3:23). En ella hay cosas que no pueden corromperse, ni marchitarse, porque son inmarcesibles. (1a Pedro 1:4) Jesús hizo nuevas todas las cosas, y llevó el amor hasta el más alto grado de realización como nunca antes se hizo. El evangelio lleva 20 siglos pero sigue siendo “Buenas nuevas”. Así como “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Hebreos 13:8)
“Porque mí yugo es fácil y ligera mí carga.” (Mateo 11:30) Al hablar de “yugo” debemos entender que él lo lleva junto con nosotros, pero muy seguramente él lleva la mayor parte del peso para hacerlo ligero para nosotros. Juan lo entendió y afirma: “Porque éste es el amor de Dios,que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.” (1a Juan 5:3) Este mandamiento de amarnos lo podemos cumplir fácilmente porque tenemos esta promesa de él: “Y pondré dentro de vosotros mí Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36:27).
Esta es la nueva forma de ordenarnoslo y cumplirlo.

COMO SABERLO
No cualquiera es hijo de Dios, pero aquí hemos visto que el que ama es nacido de Dios. ¿Es usted hijo de Dios? ¿Ama usted, o espera que le amen para corresponder? Cualquiera que sea su respuesta, ahora usted sabe si es o no hijo de Dios.
Si usted ama, lo puede saber sí es sufrido, sí es benigno, sí no es envidioso, ni jactancioso, ni vanidoso, sí no le gusta ofender, sí no es egoísta, ni mal pensado, ni de mal carácter. Sí aguanta las ofensas, sí confía en los demás, sí no se queja. Entonces usted es poseedor del amor que se describe en (1a Corintios 13:4-7). Y tendrá las señas particulares de los hijos de Dios.
El amor que no hace distingos, que no discrimina, que no se niega ni siquiera a los enemigos, que no espera ser correspondido, el amor que produce gozo al ofrecerlo, es sin duda el amor con que Dios nos ama, pero el anhelado deseo de Jesucristo es que amemos como él nos amó. (Juan 13:34)

AMEMOS DE VERDAD
El amor es lo más excelso y magnífico, y es muy bonito hablar del amor aunque a veces hablamos de él sin amar, tal y como la biblia lo dice: “No amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.” (1a Juan 3:18) Si el amor de Dios no está en nosotros, no podemos soportar al hermano que nos cae mal por algún motivo, aunque sabemos que el amor todo lo soporta. Esto es malo y nos deja con una sentencia terrible que dice: “El que no ama a su hermano está en muerte.” (1a Juan 3:14) En cambio si usted ama, con ese amor cubrirá las faltas de su ofensor y las suyas propias, “Porque el amor cubrirá multitud de pecados.” (1a Pedro 4:8)
Dejemos que el amor de Dios llene nuestro corazón hasta que de ahí se derrame para los demás.
Amén!



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Hoy es el día!





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Ni ayer, ni mañana!

“Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante prosigo al Blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús”. (Filipenses 3:13).
Dios no tiene pasado ni futuro. Porque Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. (Hebreos 13:8).
Pero nosotros no tenemos alcance ni para el pasado ni para el futuro, a Dios sólo lo podemos encontrar hoy, el presente de Dios es eterno y es bueno que así sea porque nosotros sólo podemos vivir nuestro presente, que es un ínfimo segmento de la vida de Dios.

“OLVIDANDO LO QUE QUEDA ATRÁS”

El pasado sólo está en nuestra memoria, pero si nos atamos a él, es como abrazar al viento; Dios nos perdonó y olvidó nuestra vida de pecado, así está prometido: “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de sus pecados". (Jeremías 31:34).
La mente manda, es ese algo de Dios que nadie puede definir, se manifiesta por nuestro cerebro y genera nuestros pensamientos, es el poder que nos mueve, nos da la voluntad y es la invisible realidad que somos, nada menos que el alma. Y sin embargo podemos dirigirla y encausarla, ésto seguramente nos da el dominio de si mismos. Un deseo puede ser la orden que el alma necesita. “Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”. (Salmos 103:2).

EL TIEMPO DE SU PRESENCIA

Si parusía es presencia, se refiere a la realidad de Cristo hoy, esta palabra no tiene pasado ni futuro, y por eso se nos dice estar confirmados en la verdad presente. Verdad que habla de una presencia actual y cotidiana, que vive hoy como se hace constar en los pasajes de (2a Pedro 1:12 y 16).

“EXTENDIÉNDOME A LO QUE ESTÁ ADELANTE”

El valor del pasado está en lo que produjo para el presente que es hoy, pero no podemos hacer planes para el pasado, los planes que hagamos serán para el futuro, ésto es extenderse a lo que está adelante, pero antes que los planes cobren realidad, serán las acciones de hoy, las que las hagan realidad. Debemos vivir en el Hoy, porque el pasado ya fué, y el futuro no ha llegado y en lo personal para usted y para mi el futuro es incierto. El llamado de Dios es hoy (Salmos 95:7 y Hebreos 3:13 y 15) El Bautismo de Cristo es el bautismo que ahora corresponde, el de Juan quedó en el pasado, por eso Jesús no dijo el bautismo de Juan es: sino ERA (1a Pedro 13:21 y Marcos 11:30) Hoy es cuando debemos asegurar nuestro futuro eterno, ocupándonos como dice (Filipenses 2:12 y 1a Timoteo 2:4) Somos salvos por gracia, y en esta salvación que ya tenemos, debemos ocuparnos.

¿Y AHORA QUE SIGUE?

Como en toda empresa, lo difícil no es empezar sino sostenerse. Alguien me preguntó: “Bueno ya tenemos toda la doctrina ¿y ahora que sigue? Pues lo que sigue es lo difícil. Lo primero es mantenerse fiel. Es bueno estar convencido, persuadido y seguro de lo que se ha creído. Estar asentado en la verdad da confianza seguridad y estímulo, alienta y da vigor para seguir y mantenerse firme. Pero la doctrina es como el jabón, si no se usa no nos limpia.
El problema de Sodoma y Gomorra fue abundancia de ocio y abundancia de Pan. (Ezequiel 16:49) Por eso Pedro nos da la fórmula para no estar ociosos. (2a Pedro 1:5-11) Así los países ricos sufren ahora el problema de la ociosidad que da la abundancia con sus consecuencias de vicios y drogadicción; ese es el hoy del mundo que ha inficionado la rueda de la creación.

LA MUY OBVIA CAUSAL

Isaías se convierte en un cronista del hoy presente que vive el mundo cuándo describe la letal realidad que vive el mundo desde entonces hasta hoy. (Isaías 24: 1-6) Cuándo leemos esta realidad, tenemos que reconocer que es una enfermedad crónica y que la Biblia es más actual que los diarios de mañana. Firme y permanente son los términos que Pedro usa Cuando asienta: “Tenemos la palabra profética más permanente a la cual debéis estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. (2a Pedro 1:19).
La profecía sigue viva en el cumplimiento de sus predicciones convertidas en la realidad actual que a todos nos afecta.

¿QUÉ ES NACER DE NUEVO?

Cuando nacemos no tenemos pasado, nos iniciamos en una vida nueva, limpia, libre de temor y de preocupación. No debe preocuparnos el pasado cargado de culpas porque Jesús nos perdonó y borró todos nuestros pecados, y murió y resucitó para que a semejanza de su muerte y resurrección, nosotros muramos a la vida vieja y ahora andemos en novedad de vida. No somos la vieja criatura viciada conforme a los deseos de error, sino la nueva criatura de Hoy. El nacimiento de lo alto nos permite entrar al reino de Dios como una nueva criatura. De lo pasado solo permanecen la fé, la esperanza y el amor. Las buenas nuevas de hoy, vivámoslo así entre tanto que se dice hoy. Vivamos el Hoy de la vida en Cristo, porque lo que hagamos hoy repercutirá mañana para bien o para mal. Presentémonos a Dios como vivos salidos de entre los muertos, manteniendo viva nuestra vocación sin fluctuar que fiel es el que prometió.
Cada línea de este párrafo es de las escrituras, un buen ejercicio será que trate de encontrar los pasajes que más pueda, esto le traerá bendición.

LAS COSAS QUE PERMANECEN

“Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más será en gloria lo que permanece”. (2 Corintios 3:11).
"Ellos perecerán, mas tú eres permanente… empero tú eres el mismo y tus años no acabarán". (Hebreos 1: 10-12).
"Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por los siglos”. (Hebreos 13:8).
“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”. (Mateo 24:35)
“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. (1a Pedro 1:23). "Tenemos también la palabra profética más permanente a la cual hacéis bien de estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. (2 Pedro 1:19).
“Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece”. (Eclesiastés 1:4:).
“Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia; y la verdad de Jehová es para siempre”. (Salmos 117:2).
Cuándo el hombre pecó contra su hacedor, perdió la eternidad que Dios había querido darle mediante el árbol de la vida, y fué privado de alcanzar su fruto, (Génesis 3:22,23) pero la voluntad del creador es eterna. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dió a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no se pierda mas tenga vida eterna". (Juan 3:16).
Con ésto el hombre puede Hoy por Hoy; llegar a ser de las cosas permanentes, porque está escrito: “Que el que hace la voluntad de Dios Permanece para siempre”. (1a Juan 2:17).
Amén.


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Vengo en breve!!

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Ciertamente ó inciertamente?

Para obtener la comprensión de esta frase de la revelación, es necesario apartarse de la forma de interpretación común, que sustenta la idea de que el Apocalipsis es un libro de predicción o vaticinio, que profetiza el fin del mundo y las catástrofes que le preceden.
Esta interpretación ha hecho incomprensible la revelación y pretende explicarse, aduciendo que solo se comprenderá cuando se cumpla, suponiendo que la mayor parte de lo dicho en este libro está en el futuro, y tendrá un cumplimiento literal, pasando por alto el hecho de que su lenguaje es altamente simbólico. Se ha hecho a un lado también el significado de la palabra profecía que en la Sagrada Escritura tiene tres acepciones distintas:
1.- PREDECIR. 2.- PREDICAR. 3.- REVELAR.

— EL SIGNIFICADO DE PREDECIR —

Este significado difiere de un testamento a otro en cuanto al tiempo. Las profecías mesiánicas desde Moisés hasta Malaquías fueron mediatas, para milenios o siglos adelante. En el Nuevo Testamento no hay profecías a largo plazo, las predicciones de Cristo en el evangelio y en el Apocalipsis, se cumplieron antes de que empezara el último cuarto del primer siglo. Para entender ésto es necesario desubicar el Apocalipsis de la fecha errónea que se ha fijado para su escritura en 96 D.C.

— EL SIGNIFICADO DE PREDICACIÓN —

Este significado abunda en las epístolas de Pablo quien deseaba que todos profetizaran, (predicaran 1a Corintios 14:1, 5, 24, 39). Este significado ocurre también en el Apocalipsis en pasajes como aquel en que se dijo a Juan: “Necesario es que otra vez profetices a muchos pueblos y gentes y lenguas” (Apocalipsis 10:11).
Desde luego que no se le pide hacer otro Apocalipsis, o emitir nuevas profecías, sino predicar aquello que él y todos los hermanos poseían “El testimonio de Jesús”, lo cual es la esencia (espíritu) y objeto de la profecía (Apocalipsis 19).

— EL SIGNIFICADO DE REVELACIÓN —

Este lo tenemos presente en las parábolas y en la propia revelación, al grado que hemos de entender por las expresiones “Esta profecía” (Cap. 1:3; 22:7, 18) no predicciones sino revelaciones como lo indica el título de Apocalipsis; o sea que es profecía revelativa y no predictiva; revela el cumplimiento de las viejas profecías, la vigencia de los tiempos mesiánicos y los grandiosos y terribles eventos que en ellos ocurren. Pruebas de que ésta profecía es revelación, las tenemos en la interpretación que algunos dan a los 144,000 como “primicias”, habidas antes de la escritura del propio Apocalipsis. También en la aceptación general del nacimiento, persecución, muerte y asenso de Jesucristo al cielo, todo lo cual se presenta en forma de visión, pero que ya era historia.
Respecto a lo que pudiera aducirse como no cumplido cuando Juan escribía; estaba tan cerca que no puede hacerse a un lado la propia declaración del autor, que insiste en que las cosas que señala, habían de acontecer “presto” (verso 1), y que el tiempo de dichas cosas estaba “cerca” (verso 3). Tan cerca que al apóstol se le ordenó no sellar el libro, sino dejarlo abierto, por la inminencia del tiempo (Apocalipsis 22:10).
Una tercera parte de la revelación había ya pasado y era historia, según el capítulo 1:19. “Escribe las cosas que has visto”, éstas fueron las cosas que el apóstol “vió y oyó y palpó” acerca del Salvador (1a Juan 1:1-3). Otra parte estaba ocurriendo, “las cosas que son”, en proceso de cumplimiento, faltando sólo por realizarse una tercera parte, “las que han de ser después de éstas”, cosas que seguirían o sucederían, a las que estaban en realización en los días de Juan.
Los mensajes a las siete iglesias, muestran claramente esta aseveración, ya que se les hace ver primero lo que hicieron en el pasado, luego lo que estaban haciendo, y posteriormente lo que les sucedería. (Capítulos 2 y 3).

— ENFASIS DE LA INMINENCIA —

La misma enfática insistencia sobre la brevedad del tiempo para la venida del Señor, hay en el repetido anuncio de: “Vendré presto a tí” (Apocalipsis 2:5). “Vendré a tí presto” (Apocalipsis 2:16). A los de la iglesia de Tiatira les pide retener su carga hasta su venida (Apocalipsis 2:25). “Vendré a tí” (Apocalipsis 3:3). “He aquí yo vengo presto” (3:11). Para terminar diciendo a la iglesia de Laodicea: “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oyere mi voz y abriré la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Nótese que para ésta iglesia ya había llegado Jesús, y les estaba tocando individualmente la puerta, y sigue: “He aquí vengo presto” (Apocalipsis 22:7). “He aquí vengo presto” (Apocalipsis 22:12). “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20).
Pero si como supone la interpretación convencional, ésta venida aún no se da, entonces el énfasis en la brevedad del suceso, resulta inútil y contradictorio e incomprensible, ya que veinte siglos no es un tiempo breve en ninguna manera.
Muy notorio resulta para el estudiante liberal de la biblia, el hecho de que a cada iglesia el Señor le hizo esta promesa: “Vendré presto a tí”. Nadie osará decir que aquellas iglesias a las que se hizo tan particular promesa, aún están esperándola. Para explicar porqué no vino y porqué dejó aquellas iglesias esperándole hasta que se extinguieron, se ha recurrido a la obligada interpretación, de que las tales fueron un tipo de las siete etapas por las que había de pasar la iglesia hasta la segunda venida de Cristo(?). Sin embargo ni aún esta interpretación resuelve el problema, porque si Éfeso fue la primera época y Laodicea la última en nuestros días, entonces Jesucristo debe haber venido en cada época, porque a todas les dijo “Vendré a tí”, a unas les prometió venir para bien, y a otras para mal. ¿Cuántas veces ha venido entonces Jesús?

— LA BREVEDAD CUMPLIDA—

La más preciosa llave para la interpretación del Apocalipsis, es la que se ofrece por el ángel en el capítulo 19:10. En donde se revela que el espíritu de la profecía es el testimonio de Jesús. O como traduce la versión del Nuevo Mundo: “El dar testimonio de Jesús es lo que inspira el profetizar”. Juan con el Apocalipsis nos da testimonio de un Jesús vivo, presente entre los suyos, “en medio de los candeleros”, (las iglesias versos 13,20) manifestado todos los días, venido en espíritu al corazón de los que le aman, de un Jesús que está con nosotros siempre en la paz y en el caos, un señor que desde hace veinte siglos sigue viniendo a todo aquel que le abre la puerta y recibe su palabra, (compare Juan 14:23 con Apocalipsis 3:20), un Cristo que se ve venir desde los días de Juan aquí y ahora, en condición plena de su realidad que es en espíritu, tan evidente que el apóstol no pudo evitar transcribir esta vivencia con las palabras: “¡Miren! viene con las nubes, y todo ojo le verá” (1:7 V.N.M.), o como dice la versión ecuménica “Ved que viene”, que Valera traduce en: “He aquí viene”, aquí significa entre nosotros y ahora, en las nubes o con las nubes de sus testigos (Hebreos 12:1 e Isaías 60:8). Los testigos que tienen el testimonio de Jesús, con el que lo hacen llegar o venir a los que lo necesitan y que por medio de ellos reciben al Señor.
En estas nubes Jesús ha venido, desde la noche en que le dijo a Caifás: “Desde AHORA veréis al hijo del hombre VINIENDO en las nubes del cielo” (Mateo 26:64). De tal manera que Juan en el Apocalipsis sólo produce la revelación, de un hecho consumado a nivel espiritual, pero tan efectivo como la realidad de la salvación que aceptamos y recibimos por fé.
Sea así: Ven Señor Jesús, manifiéstate a nosotros y has morada con nosotros.

— ¿CIERTAMENTE O INCIERTAMENTE? —

Pablo advierte así a los filipenses “EL SEÑOR ESTA CERCA” (Filipenses 4:5). ¿Pero qué tan cerca? El mismo Pablo dijo a los Romanos: “Y ésto conociendo el tiempo, que ES YA HORA de levantarnos del sueño: PORQUE AHORA NOS ESTÁ MAS CERCA nuestra salud que cuando creímos” (Romanos 13:11).
La última frase del Señor en la biblia es: “CIERTAMENTE VENGO EN BREVE”. La forma determinante de esta brevedad, poquedad, prontitud o cercanía enfática, sobre la venida del Señor, se registra en (Hebreos 10:37). “ETI YAR MICRON HOSON HOSON O HERKOMENOS EXEL KAI ON CRONISEI" (Ya indudablemente cuán cuán prontísimo el que está viniendo vendrá y no tardará”) Aquí la palabra que expresa la pequeñez del lapso de espera para la llegada del Señor, es “Micrón” del griego “Mikros”, de donde se derivan en el español “Micra”, que es la millonésima parte de una unidad y “Micro”, prefijo de muchas palabras que designan cosas pequeñísimas como “Microbio” o “Microscópico”. Esto en retórica es una exageración permitida y se designa con el nombre de HIPÉRBOLE. Como cuando decimos “me muero de hambre”, en vez de “tengo mucha hambre” o “voy volando”, por “voy lo más rápido posible”.
Pero sin ir tan lejos, la intención del escritor al decirnos “muy poquito” (micrón) y reforzar el término con “Hosón Hosón”, “cuán poquito”, es sin duda enfatizar la proximidad o inminencia de AQUEL que ya venía llegando. Las palabras complementarias “ya”, “sin duda”, “que viene o viniente” y “no tardará”, no sólo enfatizan sino que le dan vigor, intensidad y vehemencia a la aseveración que vista y entendida en nuestros días, hace polvo la idea de que el Señor no ha regresado.
Así se explica que la última frase del Apocalipsis, de necesidad debe haberse escrito tan cerca de su cumplimiento, que quedó abierta sin permitírsele a Juan que la cerrara por el mismo hecho. “No selles las palabras de las profecías de este libro PORQUE EL TIEMPO ESTA CERCA” (Apocalipsis 22:10).
CIERTAMENTE vengo en breve, es igual que VERDADERAMENTE, e impide que pueda creerse o interpretarse como algo mediato o que implique alguna tardanza. De otra manera no se hubiera dicho: Ciertamente o verdaderamente, sino todo lo contrario. Y lo contrario a esto, es contra el revelador que lo dijo. Y hacer esto: es manifestar el espíritu del anticristo. Jesús dijo: “Vengo pronto”, y así fue.
Quien lo dude o lo niegue, deberá probar que Jesús mintió.
¿Será posible?


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Origen

“La Iglesia de Dios de la Fe de Jesús”, fue fundada por nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén en el año 30 de nuestra era.
Los primeros miembros que formaron parte de LA IGLESIA DE DIOS, decían ser también “DE LA FÉ DE JESÚS” y ser poseedores de dicha Fé. “Mateo 16:18; 1a Corintios 1:1-2; Romanos 3:26 y Apocalipsis 14:12”

Fundamentos

Esta Iglesia ha sido perseguida cruelmente, (Apocalipsis 12:17 y 13:7. Juan 15:20 y 2a Timoteo 3:12). Pero no ha podido ser extinguida porque tiene un seguro de supervivencia que le dió su divino fundador, (Mateo 16:18). En todos los siglos, en todos los pueblos, han existido pequeños rebaños que constituyen el Reino de Dios sobre la tierra, (Lucas 12:32). “Así también en este tiempo, han quedado reliquias por la elección de gracia” (Romanos 11:5). Este es el Reino que Él ha mandado buscar antes que todo, (Mateo 6:33). Porque es “El camino angosto y la puerta estrecha, - que Él dijo - que lleva a la vida y pocos son los que la hayan”, (Mateo 7:13-14).

POR TANTO:

A) Nos declaramos Cristianos por convicción, y creyentes de la verdad revelada por Dios en las Sagradas Escrituras. La verdad que fue certificada, reiterada, aclarada y fielmente cumplida por Jesucristo, que está contenida en el Nuevo Testamento de “El Libro de los Libros”, mejor conocido como La Biblia, la que constituye nuestro libro de texto, y nuestra norma de conducta, y que es fuente del conocimiento de Dios. Que contiene en sus benditas páginas la voluntad de su divino autor, quien mediante su Espíritu Santo, inspiró a los santos hombres de Dios que la escribieron. Por lo mismo creemos que el Espíritu Santo es su único intérprete infalible.
Fundamento: Juan 17:17 y 8:32; Mateo 5:17 y 21:42; Lucas 24:44-45; Gálatas 2:5; Lucas 1:4; 2a Timoteo 3:15-17; 2a Pedro 1:21; Juan 14:26; 1a Juan 2:27, etc.

B) Creemos que la Iglesia de Dios es una institución divina, fundada por Jesucristo para congregar en ella a todos los que creen en su nombre. Su única cabeza y fundamento es Jesús, Unigénito Hijo de Dios, a quien aceptamos y amamos como enviado del Inefable, para ser nuestro Salvador, Maestro, Señor y Rey.
Fundamento: Mateo 16:18; Juan 10:16; Hechos 20:28; Efesios 1:22; 1a Corintios 3:11; 1a Juan 4:14; Juan 13:13; Filipenses 2:11; Apocalipsis 19:16; 1a Corintios 1:2; 1a Timoteo 3:15.

C) Creemos que la Iglesia verdadera es aquella que conserva la verdad del evangelio sin alteración alguna, en toda su pureza y significado, “sin quitar, ni agregar”. Si la doctrina que predicamos es la misma que tenemos en las letras sagradas del Evangelio, sin que se le haya quitado, ni agregado nada y sin que difiera o contradiga, las enseñanzas de Cristo y sus Apóstoles, entonces Dios nos acepta y reconoce como la Iglesia verdadera según sus propias palabras divinas. “Si ustedes permanecen en mi palabra, SEREIS VERDADERAMENTE mis discípulos”. Aseguró también que quienes creen en él según las Escrituras, éstos serían los depositarios del Espíritu Santo.
Por ésto creemos que la Iglesia verdadera debe ser aquella que conserve o guarde la verdad original de Jesucristo. De esta Iglesia está escrito que es: “Columna y apoyo de la verdad”.
Fundamento:Juan 7:38-39; 8:31 y 14:23; Apocalipsis 22:18-19; Deuteronomio 4:2; Gálatas 1:8-9; 1a Pedro 4:11; 2a Pedro 3:16.

De su Objeto

A) La doctrina de Jesucristo está basada en el amor, de ahí que la acción de los cristianos debe buscar también la unidad, la paz y la justicia de cuántos creen en Jesucristo, procurando eliminar con misericordia y verdad todo tipo de ignorancia, de fanatismo, de intolerancia, de racismo, de agresión, de vicios, de supersticiones, de error, de ilegalidad y de pecado.
Fundamento: Juan 17:20-23 y 10:16; Gálatas 3:28; 1a Corintios 1:10; Efesios 4:13; Juan 3:16; 1a Corintios 13:13; 1a Juan 4:16 y 3:11; 1a Pedro 2:1 y Proverbios 16:6.

B) Son propósitos de la Iglesia de Dios, difundir las enseñanzas de Cristo mediante todos los medios lícitos posibles. Procurar la imitación de su vida, obra y ejemplo. Mantener la mejor relación con nuestros semejantes, incluso con los que no creen como nosotros. Buscar la paz con los que nos traen como enemigos. Pugnar por la superación personal y la realización espiritual. Obedecer y respetar al gobierno y autoridades constituidas. Cumplir con nuestras responsabilidades familiares, ciudadanas y de trabajo, dando en todo ejemplo cristiano.
Como hermanos en Cristo, debemos velar por los pobres, los enfermos, las viudas y los huérfanos, buscando la forma o medios para resolver tales necesidades.
Fundamento: Juan 8:32; Marcos 16:15; Hechos 1:8; 1a Corintios 11:1; 1a Pedro 2:21; Romanos 12:18; Mateo 5:44-48; Romanos 13:1-7; 1a Timoteo 5:8; Efesios 6:7; Santiago 1:27; Hechos 20:35.

C) Como cristianos de convicción, conversos y dedicados al servicio de Cristo Jesús, aceptamos y amamos a todos los hombres, sin distinción de raza, religión o clase social. Teniendo como meta el ideal cristiano, “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fé...”
Fundamento: Efesios 4:13; Gálatas 3:28; Juan 10:16; 1a Corintios 1:10; Efesios 1:10.

D) La obra de predicación del Evangelio, es realizada por el deber y amor impuestos en el corazón por nuestro Rey y Salvador. El Ministerio es una gracia que se concede para servicio y edificación de los hombres. Por eso los ministros que se incorporen a ésta Iglesia de Dios, no verán en ello un medio de adquirir posición, lucro o poder.
Todo pastor que acepte estos principios y reglas en favor de la verdad y la unificación, tiene plena libertad y autonomía para seguir pastoreando a su grey, con su forma de culto o su sistema económico, pero dentro de los principios y credo de las Santas Escrituras, estando siempre en disposición para analizar las doctrinas de la Biblia, sin temor, prejuicio ni fanatismo.

E) Tanto doctrinal como eclesiásticamente, no tenemos compromisos de credo o de dogma, ni sede, ni prejuicio denominacional, ni obligamos a que los demás crean en nosotros. Creemos que la palabra de Dios es el poder que convence, convierte, salva y transforma al hombre.
Nos declaramos abiertos y receptivos a todo lo verdadero, a todo lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable y a todo lo que es de buen hombre. Y si hay algo de virtud o digno de alabanza, en esto pensamos (Filipenses 4:8).

F) Consideramos que la verdad de Jesucristo no ha sido agotada. Que esta verdad no es dogmática, sino abierta, libre y liberadora. Que en su mayor parte no ha sido explorada, ni conocida suficientemente y permanece desafiando el interés de quienes quieran escudriñarla, y de las mentes libres que con Espíritu de Dios, han de entenderla y ofrecerla a quienes tienen sed del conocimiento de Dios.
Esta verdad escritural todavía no conocida, será la doctrina del futuro mundo cristiano. Por éste motivo nuestro acervo bíblico doctrinal, no es hermético, sino abierto a toda verdad de Dios que sea probada con su palabra escrita y resista la prueba de la misma. Todo error doctrinal que entre nosotros se compruebe, debe ser desechado, y toda forma de verdad fundada y demostrada en la Sagrada Escritura, podrá ser aceptada después de su comprobación por el ministerio y la iglesia.